La FED alimenta los vientos en contra de la economía local
La suba de las tasas de interés de los Estados Unidos tendrá impacto a escala global y pegará especialmente en los países emergentes, que se verían afectados por la salida de capitales.
Escudo de la reserva federal de estados unidos

21 Jul, 2022

La Reserva Federal (FED) profundizó el rumbo de su política monetaria restrictiva con el propósito de contener la inflación. La invasión de Rusia a Ucrania y el estallido de la guerra impactaron en el precio de las principales commodities energéticas y agrícolas porque paralizaron a dos de los principales exportadores a escala global.

La entidad monetaria norteamericana, como la mayoría de los bancos centrales del mundo, había decidido transitar la parálisis económica producida por la pandemia sobre la base de una fuerte emisión monetaria y, a la vez, mantiene tasas de interés de 0,25%.

La combinación de esa flexibilidad monetaria con el estallido de la guerra impactaron bajo la forma de una depreciación del dólar, que marcó una inflación del 8,5% en marzo. Luego de unas leves subas de tasas de 0,25 puntos primero y 0,5 puntos adicionales, la inflación se contrajo al 8,3% interanual en abril para retomar una senda alcista en mayo, cuanto tocó un nuevo récord en 40 años con una suba del 8,6%.

Por eso la FED determinó un sendero de mayores incrementos que, a priori, podrían llevar las tasas de interés de referencia hasta el 3,5% durante este año e, incluso, podrían llegar hasta el 5% en un futuro si no consigue el objetivo de contener la suba de precios.

Suba de tasas

 

La suba de las tasas, además, impactará especialmente en los países emergentes por el reflujo de capitales y la posible merma en los precios de las commodities.

 

La política de la FED tendrá impacto a escala global y no se descarta que se llegue a un escenario global de estanflación, esto es, un estancamiento o recesión económica acompañada de inflación. La suba de las tasas, además, impactará especialmente en los países emergentes por el reflujo de capitales (flight to quality) y la posible merma en los precios de las commodities.

A la hora de interpretar los motivos que impulsan la política de la FED, los economistas consultados por NBS coincidieron en el diagnóstico, aunque con algunos matices en lo que se refiere al impacto sobre las economías emergentes, en general, y en la Argentina en particular.

Las raíces de la decisión

Luis Palma Cané, director de la consultora Fimades, señaló: “El año pasado, cuando la inflación empezó a acelerarse, la FED creía que era una suba de precios transitoria provocada exclusivamente por la disrupción de la oferta por el cierre de la industria durante la pandemia y la fuerte suba de los precios energéticos. Por eso creyeron que no era necesario diseñar políticas monetarias restrictivas”.

Sin embargo, continuó Cané: “Después vino la criminal invasión de Rusia a Ucrania. La incertidumbre y la suba de las commodities, de las cuales ambos países eran fuertes participantes en el mercado mundial, hicieron que esa inflación deje de ser transitoria. Los nuevos factores exacerbaron los motivos del año pasado”.

Para Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, la FED hoy tiene dos objetivos: “Uno es el empleo y el otro la estabilidad de la moneda. Se supone que su objetivo prioritario siempre ha sido la estabilidad y confiabilidad del dólar. En algún momento, erróneamente, agregaron que también se tiene que ocupar de la economía y de preservar el empleo. Pero el único instrumento de un banco central es el monetario. De hecho, cuando fija la tasa, lo que hace es decir cuánto dinero va a ofrecer”.

“La FED tuvo que subir las tasas mucho más rápido de lo esperado porque se le venía encima la inflación, que está en un 8,5% anual.” Orlando Ferreres.

El economista explicó el mecanismo y recordó que a partir de la crisis del 2008, la FED empezó a poder comprar activos privados: “Si quieren que la tasa de interés suba (la Federal Fund Rate), lo que hacen es vender bonos de los Estados Unidos y activos privados y sacan dólares. Como hay menos liquidez sube las tasas de interés. Cuando quieren que baje compran bonos y emiten dólares. Si sacan dólares, sube su valor y eso es lo que permite controlar la inflación”.

Jorge Colina, presidente del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de la Argentina (IDESA), por su parte, señaló: “El aumento de la inflación es el motivo de la FED para incrementar la tasa de interés. Un 8 % anual es altísimo y las tasas de la FED están hoy en el orden del 1,75%. Hay quienes propugnan ser más agresivos en la lucha contra la inflación y quieren que suba todavía más. No se sabe aún el número porque no es como acá. No define uno, en el directorio están representados los distintos estados”.

Escudo de la reserva federal de eeuu

En la misma sintonía, Orlando Ferreres confirmó: “La FED tuvo que subir las tasas mucho más rápido de lo esperado porque se le venía encima la inflación, que está en un 8,5% anual. No tuvieron otro remedio y lo van a seguir haciendo hasta un 3,5% e, incluso, pueden llegar al 5% si la situación no mejora. Es que, cuando la FED tiene que actuar a través de las tasas, para lograr una respuesta del mercado tiene que exagerar”.

Para Abram, durante la pandemia vimos una FED que, como todos los bancos centrales, emitió un montón para sostener la economía y los mercados de bienes y servicios: “Si quedaba ahí no hubiera sido tan grave. Lo malo es que lo mantuvieron en el tiempo y, cuando las restricciones se habían levantado, siguieron emitiendo. Eso iba a llevar a un proceso de burbuja porque la liquidez lleva a la búsqueda de activos de más riesgo y, en un momento, la gente iba a dejar de demandar dólares porque las restricciones se levantaron”.

Eso tuvo consecuencias, consideró: “Lo primero que se vio fue la suba de las commodities y, luego, una inflación creciente. La Reserva Federal sostenía que iba a pasar y que no iba a superar su meta del 2 o 3%. Cuando pasó, señalaron que era coyuntural pero, a finales de 2021 y 2022, iban a tener que salir a frenar una inflación más alta, y la necesidad de contraer dinero iba a ser mucho más alta. Es lo mismo que pasa en la Argentina, donde la emisión genera inflación aunque la moneda de ellos es más confiable y estable”.

“Cuando se toman políticas monetarias restrictivas está claro que la actividad caerá. El desafío es que sea una desaceleración y no una recesión.” Luis Palma Cané.

El Luis Palma Cané explicó: “A partir de marzo comenzaron a implementar una política monetaria restrictiva subiendo la tasas de interés y retirando liquidez. Fueron tres subas consecutivas. La primera de 25 puntos básicos, la segunda de 50 y la tercera de 75. Las medidas expansivas habían permitido que la crisis de COVID-19 de 2020 no fuera una gran depresión sino una recesión del 5%”.

Abram coincidió en que las tasas van a llegar al 5%: “Cuando dejaste que se te desbande la inflación y los mercados financieros, vas a pagar algún costo económico. Lo mejor es resolver el problema inflacionario lo antes posible, pero los bancos centrales suelen verse muy presionados y prefieren no ir tan rápido y pagar los costos de salir más despacio. La realidad es que tiene un costo en términos del nivel de actividad. Si atacas rápido la inflación y la burbuja, lo que tenés es una recesión en V corta y no una U larga. La segunda opción plantea que habrá inflación alta y, al mismo tiempo, coincidirá en una caída del nivel de actividad”.

Luis Palma Cané pronosticó que a partir del último dato de inflación que fue del 8,6% la FED va a seguir aumentando la tasa y retirando liquidez. “La encrucijada de la FED y los bancos centrales de los países desarrollados es que tienen que lograr abatir la inflación sin generar una recesión. Cuando se toman políticas monetarias restrictivas está claro que la actividad caerá. El desafío es que sea una desaceleración y no una recesión”, consideró.

El impacto global

La centralidad de la moneda y la economía norteamericana a escala planetaria torna ineludible la influencia de cualquier medida de la FED sobre las economías de los países desarrollados y emergentes.

Para Ferreres, el impacto será el de “una estanflación generalizada y suba de tasas en otros países”. Además, añadió: “Hoy un euro vale un dólar. Estamos en una situación muy rara desde el punto de vista internacional porque había llegado a 1,55. No creo que el Banco Central Europeo esté cómodo con esa paridad y algo van a hacer con las tasas aunque, al mismo tiempo, temen generar una recesión”.

Según Jorge Colina, “todo el mundo sospecha que las decisiones de la FED pueden traer una desaceleración de la economía porque vienen de la mano de la guerra y los altos precios en alimentos y energía”. Además, sostuvo: “Empalman con los problemas de China para cerrar su economía para luchar contra la COVID-19. Esos tres factores hacen que uno piense que la economía se puede desacelerar”.

Dólares

 

“Quien fuga capitales en la Argentina no fuga por la tasa, sino porque quiere irse del país. El espanto está adentro.” Jorge Colina.

 

Para Luis Palma Cané, “impacta en todos los países de la región porque suben los bonos y se produce un desplazamiento del dinero financiero de los mercados emergentes de alto riesgo a los países desarrollados porque se achica el spread de la tasa con los emergentes”. Entre las consecuencias, consideró: “Va a haber salida de capitales o una fuerte suba de las tasas de interés. En ambos casos perjudica la actividad”.

Además, remarcó: “También va a haber sacudones en el sector financiero. Va a provocar un debilitamiento de la economía local y nuevas devaluaciones. Cuando vuelve un dólar fuerte lo que hace el inversor es vender la moneda doméstica y comprar dólares”.

Más concreto, Orlando Ferreres señaló: “Es malísimo para los países emergentes porque impacta en una suba del riesgo país. Es desastroso para la Argentina. Además, puede tener un impacto en las commodities que van a bajar de precio como ya lo están haciendo la soja, el maíz y el trigo”.

El escenario para Aldo Abram implica que el dólar se aprecia y las commodities se deprecian. Y explicó: “Por eso las economías emergentes pierden dinamismo y cae la demanda. La guerra frenó ese proceso, pero en cuanto culmine o se asimilen los precios, las exportaciones argentinas se van a derrumbar. Lo que haya subido de más nos va a golpear de más. Ese es el siguiente paso con un gran crecimiento de la incertidumbre”.

Para Jorge Colina, sin embargo, paradójicamente a la Argentina no le cambia nada porque no tiene acceso al crédito: “El riesgo país es de 2.800 puntos. Una suba de 0,25 hasta el 2% no hace nada. Es completamente neutro, porque la Argentina está en una situación catastrófica. Quien fuga capitales en la Argentina no fuga por la tasa, sino porque quiere irse del país. El espanto está adentro”.

La tormenta local

El escenario global impacta en la Argentina que, además, está atravesada por una crisis política de la coalición gobernante que complica aún más la situación económica.

Cané puntualizó: “El escenario económico argentino es producto de las macanas que venimos haciendo en los últimos 60 años de populismo. El ingreso per cápita en la Argentina en los últimos diez años no ha subido. Estamos en un escenario de elevada incertidumbre y de desequilibrio político por el conflicto del presidente y la vicepresidenta protegida por el Instituto Patria y La Cámpora. La renuncia de Martín Guzmán pone de manifiesto este conflicto, porque la política que quería llevar adelante no era la de la señora”.

Hombre subiendo una escalera apoyada en una torre de monedas

Para Aldo Abram, el nuevo escenario va a complicar el acuerdo con el FMI por el lado de la recaudación: “No solamente está cuestionada la meta de las reservas, sino también la fiscal. Lo único que puede permitir surfear esto es recuperar la credibilidad, y para eso es necesario lanzar un plan de reformas estructurales que este gobierno no está dispuesto a hacer. Estamos en el peor de los escenarios. Vientos en contra del mundo y pérdida de credibilidad. A los únicos que nos beneficia lo de Ucrania, curiosamente, es a nosotros, pero no podemos rezar para que esa situación se mantenga”.

Para Orlando Ferreres, Guzmán se fue porque lo criticaba mucho Cristina igual que a Matías Kulfas. “Fue un problema político que generó un problema económico. Los mercados tienen un grado menor de confianza con Silvina Batakis y, por eso, los dólares paralelos subieron y bajaron los bonos”, estimó.

“Se necesita un plan y una dirección política creíble para que el año que viene quede claro que va a reducir el déficit fiscal. Eso es un shock de confianza” Jorge Colina.

Para Cané el debate en la Argentina es sobre las causas de la inflación: “Cristina Fernández de Kirchner y su asesor, Axel Kicillof, sostienen que la emisión monetaria no genera inflación y que, por lo tanto, hay que seguir emitiendo para salir del estancamiento. El mes pasado emitieron un 25% de la base monetaria para sostener la corrida de los bonos en pesos. Todavía no se sabe bien qué va a hacer Batakis pero son necesarias tres condiciones: lograr un acuerdo político que exceda la tregua a la que se llegó que, en realidad, es una bandera blanca de Alberto Fernández que pasó a ser una figura decorativa; la segunda condición era que el designando tuviera peso político propio que, con todo respeto, no lo tiene; y, finalmente, que tuviera un plan económico”.

Consultado sobre la brecha en el tipo de cambio, Ferreres consideró: “La brecha entre el tipo de cambio paralelo y el oficial fluctúa entre el 65% y llega hasta el 110%. Estamos en el máximo extremo positivo, pero Batakis dice que no hace falta un cambio sustancial en el mercado oficial porque generaría inflación. Pero lo cierto es que está un poco atrasado. Entre un 15% y un 25% para estar relacionado con la realidad y, sobre todo, para el campo que sufre los derechos de exportación”.

Para Ferreres, en estas condiciones es muy difícil acumular las reservas que pide el FMI: Toda la coyuntura está en contra. Va a ser un poco difícil encontrar una solución al tipo de cambio oficial. Ella no quiere cambiarlo, pero a lo mejor se va a encontrar con una realidad que la va a obligar”.

Colina resaltó: “No se pudo renovar la totalidad de la deuda en pesos y tuvo que salir el Banco Central a emitir para aguantar los bonos. Ya no hay más mercado voluntario de crédito suficiente para los vencimientos que se vienen. El problema del Estado no es que haya apelado a instrumentos financieros no apropiados, sino que ya no tiene credibilidad. Va a haber inestabilidad cambiaria e inflación. Se necesita un plan y una dirección política creíble para que el año que viene quede claro que va a reducir el déficit fiscal. Eso es un shock de confianza”.

Para Luis Palma Cané, el anuncio de la nueva ministra acerca de su intención de dar cumplimiento al acuerdo con el FMI no resulta suficiente. Aseguró: “No es un plan económico, sino metas de reservas monetarias, inflación y emisión. El cómo no está especificado. Es mejor que nada y puede ser una buena guía para trabajar, pero las metas deberían ser más severas. Hay que ordenar las variables desequilibradas, abandonar el supuesto de que la inflación no es un tema monetario, eliminar la emisión y, además, emprender las reformas estructurales, laborales, previsionales y fiscales. Es una tarea ardua que requiere un acuerdo político”.

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