NBS se prepara para celebrar una nueva edición de los Premios Prestigio en noviembre, un reconocimiento que apunta destacar a las mejores compañías en función de distintos atributos y eleva los estándares de calidad para todo el mercado.
Como en cada nueva edición, desde hace 21 años, el Grupo Sol Comunicaciones y el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) realizaron una encuesta de la que participaron 500 PAS, 150 ejecutivos del sector y alrededor de 1.000 personas del público en general, cuyos resultados se conocerán en la gala de premiación.
Como anticipo, esta nota pretende abordar de manera sintética, los desafíos del sector para mantener la solvencia, el crecimiento y la sustentabilidad a largo plazo, en una país que enfrenta una situación crítica, marcada todavía por la inflación, una economía en recesión y un contexto de alta incertidumbre fiscal y monetaria.
Pese a las dificultades, el sector apuesta a la incorporación de la IA para mejorar la eficiencia, reducir costos y conocer mejor a sus asegurados.
Pablo Sansuste, socio de Bain & Company, destaca que la caída del poder adquisitivo de la población es uno de los principales temas que afectan a la industria: “Al tener menos ingresos la gente está mucho más sensible a los precios. Esto impacta al mercado asegurador en términos de competencia. Pero también hay menos dinero disponible para contratar otros seguros que, a diferencia del vehicular, no son obligatorios”.
Este ramo, que históricamente concentra grandes volúmenes, se ve impactado por la caída en la venta de autos de cero kilómetros y, como contraparte, una antigüedad en la plaza de vehículos que se incrementa.
La expansión del fraude en diferentes ramos, pero sobre todo en seguros masivos y vehicular, es, para Sansuste, otro desafío importante para el sector. “A eso se suman los aumentos de los costos operativos y de siniestros, que si bien ya se venían dando, se combinan con el desafío de trasladarlo o no a los consumidores”, agregó.
Para el ejecutivo, hacia el futuro, y de darse un escenario de normalización donde la inflación siga bajando y haya una reactivación del consumo, el sector podrá concentrar sus esfuerzos en otros elementos claves para el desarrollo de la industria, como la sofisticación de metodologías para la fijación de precios y la integración de la gestión del riesgo de fraude.
“En el mundo se ha avanzado muchísimo en la incorporación de inteligencia artificial para identificar fraude y para procesar siniestros. Aunque las aseguradoras argentinas han hecho avances en ese sentido, la coyuntura no siempre permite avanzar de manera más acelerada”, explica.
En términos de producto, Sansuste opina que en Argentina la oferta es todavía muy básica, pero que podría ser una apuesta más innovadora ofrecer productos modulares, sobre todo en el actual contexto económico.
En ese sentido, en otros países está cada vez más extendida la combinación de seguros con asistencias, así como la oferta de coberturas mínimas. “Esto permite ampliar la oferta de coberturas y mantener la base de ingresos o, al menos, defenderlo lo máximo posible. También es importante que siga existiendo cierta innovación en los productos, como seguros más pequeños y más específico”, explicó.
No obstante, para el ejecutivo, el país atraviesa un período de transición, que todavía limita a las compañías a la hora de hacer inversiones significativas en el lanzamiento de nuevos productos y servicios.