Los plazos fijos tradicionales ante la elevada inflación
En lo que va de 2022, el Banco Central subió las tasas en dos ocasiones para hacer más atractiva esta opción. Pero no resultan suficientes.
plazos fijos

23 Mar, 2022

Luego de conocerse el sorpresivo dato de la inflación de febrero, con un registro de 4,7%, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) analiza la suba que aplicará en las tasas de interés. La entidad postergó el anuncio que tenía previsto realizar hace unos días y se esperan definiciones en las próximas horas.

Tras un año en el que se mantuvo estable en el 38% nominal anual, el Central hizo los primeros ajustes a comienzos de 2022. En lo que va del año, realizó dos actualizaciones y llevó la tasa de referencia del mercado a 42,5%. Una fue en enero y otra en febrero, con el objetivo de alcanzar una tasa real positiva, en línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero los plazos fijos siguen perdiendo contra la inflación, pese a las subas que buscan hacer más atractiva esta inversión. En el índice de precios al consumidor (IPC) una cifra superior a la obtenida en febrero durante este mes significaría la ampliación de la brecha entre los rendimientos en pesos y la evolución de los precios.

Sobre este punto, Gloria Patrón Costas, analista de PPI, consideró: “El BCRA llevó adelante dos retoques en la tasa este año, después de 14 meses sin cambios. La suba mejoró el atractivo, pero la magnitud del aumento no es suficiente como para hablar de tasas reales positivas. La medida respondió más a un guiño del Gobierno al FMI en plenas negociaciones y acompañó a la aceleración del crawling-peg en los primeros meses del año”.

Instrumento que pierde contra la inflación

Hoy, un plazo fijo a 30 días paga un 41,5% nominal anual o un 50,4% efectivo anual, si se lo renueva por 12 meses, reinvirtiendo el capital y los intereses que se percibieron.

Actualmente, esta colocación no logra empatarle a la suba de precios, si se tiene en cuenta que en 2021 la inflación fue del 50,9%, según el INDEC. Para 2022 se proyecta un piso del 55%, de acuerdo al último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), estimación que, posiblemente, se reformulará tras la difusión del dato de febrero.

Si se lo analiza por mes, el rendimiento es del 3,4%. “Los depositantes minoristas reciben una tasa mensual inferior al 4,7% de aumento de los precios de febrero y a los más de 5 puntos de incremento que se esperan para marzo. Superar el ritmo de la inflación implicaría llevar la tasa nominal anual a 60% y no pensamos que, en el corto plazo, el Central decida hacerlo. El incremento sería similar a los últimos ajustes”, anticipó un informe de la administradora de fondos Quinquela.

“De acuerdo a las proyecciones de inflación del mercado, el piso de la tasa de interés que rige desde mediados del mes pasado continúa siendo negativo en términos reales contra la inflación mensual y en comparación con la prevista para los próximos 12 meses”, analizó Santiago Manoukian, consultor económico.

A su vez, explicó: “Con una inflación esperada en la zona del 4% para el trimestre marzo-mayo, y que en el próximo mes superaría el 4,5%, la tasa efectiva mensual actual resulta insuficiente. Para que un plazo fijo tradicional empate contra una inflación mensual debería subir al 48%, por encima del 41,5% actual. Asimismo, la inflación prevista del 52,9% para los próximos 12 meses, queda claro que una tasa efectiva anual del 50,4% se queda corta”.

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El plazo fijo UVA

En este contexto, el plazo fijo UVA, instrumento precancelable que ajusta por el índice CER, que sigue la evolución de la inflación, más un 1%, se presenta como una opción más beneficiosa.

“El ajuste CER mantiene su atractivo en un escenario de expectativas de inflación al alza. El mercado espera una aceleración de los precios durante los próximos meses, impulsada por el rezago del altísimo ritmo de emisión monetaria durante 2021, que representó el 4,6% del producto bruto interno (PBI)”, sostuvo la analista de PPI.

Para el inversor minorista menos sofisticado es una herramienta más rentable para cubrirse del alza en los precios, mientras la inflación persista en los niveles actuales”, coincidió Manoukian.

En lo que va del año, el stock de depósitos en estos plazos fijos indexables aumentó un 21,4%, en 39.513 millones de pesos, de acuerdo a los datos oficiales. El crecimiento demuestra el mayor interés de los ahorristas por cubrirse de la inflación. Según datos de First Capital Group, en febrero avanzaron un 11% frente al 6,3% que lo hicieron los tradicionales.

Con todo, los plazos fijos UVA siguen representando una porción marginal de los depósitos bancarios. Menos inversores los eligen, al gozar de una menor popularidad y al tratarse de colocaciones a 90 días, una barrera que desincentiva su utilización. Por eso hay solo 233.000 millones de pesos colocados en plazos con ajuste UVA frente a casi 5 billones de pesos en plazos fijos tradicionales.

“Su escasa difusión, los pocos conocimientos financieros por parte del público general, la falta de interés de los bancos por promoverlos y los temores a la devaluación hacen que representen apenas el 5% del total de los depósitos. No obstante, esta alternativa crece con el paso del tiempo: a inicios de 2020, explicaban el 1,5%”, concluyó Manoukian.

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