Robos de auto ¿cada vez menos frecuentes?
En 2017 se registró una caída del 5,3% en el robo de vehículos. La Superintendencia de Seguros de la Nación dio a conocer el informe anual de siniestros automotores del año 2017, en el que se registró un retroceso del robo de autos de un 5,3%, lo que implica una caída por tercer año consecutivo […]

12 Nov, 2018

En 2017 se registró una caída del 5,3% en el robo de vehículos.

La Superintendencia de Seguros de la Nación dio a conocer el informe anual de siniestros automotores del año 2017, en el que se registró un retroceso del robo de autos de un 5,3%, lo que implica una caída por tercer año consecutivo de esa modalidad delictiva. El dato es más relevante si se toma en cuenta que la cantidad de vehículos expuestos a riesgo se incrementó un 2,5% entre 2016 y 2017.

El informe indica que el robo de vehículos continúa concentrándose en la zona metropolitana, con especial incidencia en los partidos del Gran Buenos Aires. De hecho, la provincia de Buenos Aires todavía concentra el 67% de los robos de vehículos y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 15%.

Las localidades en las que se registró una mayor caída en la sustracción de vehículos son las de la región noroeste de GBA, que incluye a General Rodríguez, Merlo, Moreno y Pilar (11,9%) y las de la región oeste de GBA, que incluye Hurlingham, Ituzaingó y Morón (13,6%), mientras que se verificó un incremento sensible (del 11,4%) en la región sudeste, que abarca Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Florencio Varela, Quilmes y el Gran La Plata (5,1%).

Leonardo Andekian, gerente de Negocios y Clientes de CESVI Argentina, explicó a NBS Bancos y Seguros que, según los datos que manejan con origen en el INDEC, “observamos que para el período enero-diciembre de 2017 se produjo una disminución del 2,6% en cantidad de robos en comparación con el año anterior. Es un buen indicador que está en línea con el comportamiento de los últimos años”.

De hecho, según el experto, “nuestros registros desde el año 2015 muestran que la cantidad de vehículos robados está experimentando una baja. En la cantidad de robos cada 100.000 habitantes se puede apreciar una caída que muestra que en 2017 fueron 118 contra 159 de 2015. En 2002 habían llegado a un pico de 183”.

En lo que se refiere a los modelos más afectados, el representante del CESVI indicó que “cuando analizamos cuáles son los vehículos más robados vemos que la lista no se modifica demasiado con el correr del tiempo. Esto se debe a que los modelos más robados también son los que más presencia tienen en el mercado”. Por eso, el Volkswagen Gol encabeza la lista, con un 7,7% de los robos, seguido por el Chevrolet Corsa, con un 5,8%. Más atrás se ubican el Renault Clio y la Kangoo y el Fiat Uno, con alrededor del 3% cada uno.

“Sin embargo, si analizamos los vehículos más robados pero con una antigüedad no mayor a 5 años podremos notar un cambio significativo en la participación. El Corsa encabeza con un 3,83%, seguido por el Gol Trend (3,73%) y luego la Toyota Hilux, con un 3,35%”, añadió.

“Y para el caso de los 0 km el cambio es más sensible, toda vez que el vehículo más robado es el Chevrolet Onix, con un 5,72%, seguido por el Renault Sandero, con un 4,99%, y bien cerca las camionetas Volkswagen Amarok (4,99%) y Toyota Hilux, con un 4,84%”, detalló.

Las modalidades del delito

Según datos recogidos por la empresa de localización vehicular Ituran, en el primer semestre de 2018 el 48,98% de los robos de autos se realizaron entre las 18 y la 0 h, mientras que, curiosamente, sólo el 8,16% se efectuaron entre las 0 y las 6 h. Asimismo, los días en los que se produce el mayor número de robos son los martes y miércoles.

Por otra parte, el 92,68% de los siniestros se cometen en la vía pública (el resto en garajes) y en casi la mitad de los hechos participan dos delincuentes. Además, el 76% de los siniestros de automóviles se produce a mano armada, mientras que el 24% restante se realiza bajo la modalidad de hurto.

Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM), indicó que “subió la modalidad de robo a mano armada”. Para el experto, esta situación se explica porque “los autos viejos van desapareciendo y los nuevos cuentan con tecnologías distintas, como el inmovilizador de llave de contacto, que hace que el robo tenga que ser de esa manera”.

El especialista agregó que “también hay mucho robo para un segundo delito. Ya no sólo es para desguace sino para otras actividades. Luego van abandonando los vehículos y cambiándolos. Los localizadores de vehículos hacen que el delincuente tenga que recurrir a estas modalidades”.

“Otra práctica creciente es la del secuestro. Roban el auto con el dueño arriba para impedir que pueda dar aviso al localizador o pueda intervenir de alguna forma. Las modalidades van cambiando. Los delincuentes tienen todo el día para pensar cómo contrarrestar las medidas que se van tomando. Es una lucha a veces muy despareja”, se lamentó.

Una presencia más efectiva del Estado

Los expertos consultados coincidieron en que la reducción en el robo de vehículos que se viene registrando responde a una mayor presencia del Estado.

Según Andekian, “para identificar los motivos de la baja, también debemos hablar de los motivos del robo. El robo de vehículos tiene varios puntos de estímulo: entre ellos, podemos nombrar la exportación ilegal a países fronterizos, la comercialización ilegal de autopartes y la utilización del vehículo para cometer otros ilícitos. En cualquiera de los casos, la presencia del Estado en materia de controles, velando por el cumplimiento de la ley, es uno de los factores clave para lidiar con el problema”.

“Es de público conocimiento que el control a desarmaderos ilegales resultó y resulta clave. La baja del robo se podría atribuir, en alguna medida, a estos controles. También se podría asociar al funcionamiento de desarmaderos legales porque contribuyen a satisfacer al usuario que demanda piezas, tanto las que están en falta en el mercado como las que tienen un costo muy elevado”, detalló el ejecutivo.

Pons señaló que “el Gobierno está trabajando de manera coherente contra este delito, tratando de no fomentarlo y de contrarrestar el accionar de la mala policía, que actuaba como cómplice en muchas de estas prácticas”.

De todos modos, el especialista agregó que si bien “la acción del Estado es muy positiva, no alcanza. Hay una cuestión cultural muy arraigada que no se va a lograr resolver de un día para el otro. Va a llevar muchos años limpiar fuerzas policiales y desarmar mafias”.

Pons ejemplificó que “en La Plata había un juez, un camarista, policías y abogados involucrados en una red, una asociación ilícita muy aceitada que, entre otras cosas, se dedicaba al robo de vehículos. Gozan de una impunidad enorme. Desbaratar ese tipo de bandas es lo que hace que el delito caiga”.

“Tendría que haber más operativos y, además, no largar a los delincuentes tan fácilmente. El robo de un auto hoy es catalogado como un robo menor pero no lo es, más aun cuando es a mano a armada”, enfatizó.

Un futuro incierto

A pesar de la tendencia favorable que se viene registrando en los últimos años en materia de robo de vehículos, los expertos miran al futuro con incertidumbre.

Andekian explicó que “siempre hay oportunidades de mejorar, tanto a nivel social como de parte del Estado. Cualquier trabajo que tienda a beneficiar el bien común es necesario y bienvenido. Pero claramente no sólo es responsabilidad del Estado. Si hay un mercado ilegal de partes robadas y robo de vehículos es tanto porque hay gente que roba y vende como gente que compra esas partes robadas”.

Pons coincidió en que “hemos perdido valores de respeto al prójimo y a la propiedad privada. Mientras no recuperemos esos valores vamos a seguir padeciendo de inseguridad y falta de respeto a las leyes. Empieza por la educación pero también hay valores familiares que se transmiten de generación en generación. En el medio se han sumado planteos éticos tendientes a justificar el delito que han ido deteriorando la situación en vez de mejorarla”.

El especialista agregó que, “en comparación con los estándares de la región, los números son similares a los de la seguridad vial. Tenemos países como Chile y Uruguay que están mejor que nosotros y otros países como Colombia, Perú y Ecuador que están peor. No se trata de pensar que estar en la mitad de la tabla está bien, hay que tratar de mejorar y ver qué es lo que hicieron los que están mejor que nosotros. Hay denominadores comunes para las soluciones, tanto de robos como de seguridad vial, y parten de generar un cambio cultural”.

Por lo pronto, las condiciones actuales plantean un riesgo de que se revierta la tendencia. Como indicó Andekian, “la suba del dólar es un factor que amenaza porque los precios de las autopartes siguen su valor y esto da un mayor margen de rentabilidad para el mercado negro de repuestos”.

Para Pons, “estamos en un punto crítico en donde se podría definir a dónde vamos a ir. Si vamos para el lado de Venezuela o un narcopaís, o tratamos de ir hacia un país más serio. En función de cómo se está abordando la educación y cómo nos estamos comportando como sociedad, no soy muy optimista. Me parece que va a demandar muchísimos años de hacer bien las cosas para empezar a retomar el rumbo. Estamos lejos de llegar al piso”.

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