Pese a la crisis económica, la morosidad se mantiene baja en los bancos
El último dato del Banco Central registra una morosidad del 3,1%, en línea con los meses anteriores. El sistema bancario argentino se maneja con parámetros similares a los del mundo.

17 Nov, 2023

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) publicó en su último Informe sobre bancos que el ratio de irregularidad del crédito al sector privado alcanzó 3,2% en agosto. No hubo cambios relevantes con respecto al registro de julio —0,1 puntos porcentuales (p. p.)— y en línea con el nivel registrado un año atrás.

El cuadro general apunta a que la morosidad no representa grandes inconvenientes para las entidades financieras, y que está en sintonía con los registros promedio de otros países.

La cifra de mora en el financiamiento a las familias e individuos se redujo 0,2 p. p. hasta situarse en 3,1%. Pero no ocurre lo mismo con los créditos a las empresas, que tuvo un incremento mensual en su coeficiente de morosidad y se ubicó en torno a 3,2% (+ 0,3 p. p.) aunque, en comparación con un año atrás, permanece estable.

Cartera irregular

La morosidad se encuentra en niveles estables y bajos con respecto a los últimos años, pero aún por encima de las tasas previas a la crisis del 2018. Está lejos de los picos históricos registrados en febrero de 2020 (6,2%) y en agosto de 2021 (5,3%). Por otro lado, hay que destacar la caída en la oferta de crédito en relación al activo por parte de las entidades financieras, que se encuentra en niveles históricamente bajos”, sostuvo Claudio Caprarulo, economista de Analytica Consultora.

Según los datos oficiales, por ejemplo, el Banco Santander contaba con el 97,06% del total de sus financiaciones y garantías a julio de 2022 en situación regular, en contraste con diciembre de 2021, cuando era de 95,44%. Este desempeño está en sintonía con uno de los últimos informes de la calificadora de riesgo Fix SCR, que consideró que “los indicadores de calidad de cartera de Santander registran una mejora en los últimos dos años, en parte debido a la recuperación de deudores morosos y a la menor exposición al riesgo de crédito”.

«Los fundamentos de los bancos, incluyendo el capital y la liquidez, han mantenido su calidad crediticia durante los últimos períodos de inestabilidad financiera.” Moody´s.

“La cartera irregular representaba el 1,7% (2,2% a junio de 2022 y 3,6% a junio del 2021) del total de financiaciones, en línea con el ratio de mora reportado por el promedio de entidades privadas del sistema (1,8%). No obstante, Santander en forma preventiva conserva una mayor cobertura de previsiones (216% de la cartera irregular y 3,6% del total de financiaciones) acorde con sus modelos de pérdida esperada de su portafolio de préstamos ante diferentes escenarios base y de estrés”, indicó en su reporte.

Fix SCR también evaluó al HSBC, cuyos préstamos irregulares representaban a junio un 1,7% del total de la cartera, un porcentaje inferior a la mora registrada el año previo (2,2% a junio de 2022). “Conserva una buena cobertura con previsiones (164,8%).” FIX estima que el banco continuará registrando una irregularidad acotada, en línea con su prudente gestión de riesgos, señalaron.

Otro caso es el del Banco Itaú, que en los últimos años mejoró su desempeño financiero. Mientras que en diciembre de 2019 la cartera morosa era de 3,2% del total de las financiaciones, en diciembre de 2022 esos valores estaban en el 0,8%. Desde entonces, la cartera de diferente tipo riesgo viene cayendo progresivamente. En julio pasado, el 97,71% de las financiaciones y garantías se encontraba en situación normal.

En cualquier caso, el sistema está preparado para responder. “Los bancos argentinos están expuestos a diversos riesgos que se han visto exacerbados por el proceso electoral y la incertidumbre política. Sin embargo, los fundamentos de los bancos, incluyendo el capital y la liquidez, han mantenido su calidad crediticia durante los últimos períodos de inestabilidad financiera”, indicó Moody´s.

Según esta calificadora de riesgo, las vulnerabilidades de los bancos son tres: la elevada exposición de los balances a la deuda soberana y, especialmente, a la deuda del BCRA; el impacto de la debilidad e inestabilidad de las condiciones macroeconómicas en el desempeño comercial y financiero de los bancos; y los riesgos relacionados con los perfiles financieros de los bancos en términos de calidad de los activos, capital y liquidez.

Para Francisco Ritorto, de la consultora ACM, la baja morosidad está vinculada a la inflación, que termina licuando los gastos financiados: «La inercia inflacionaria como la que tenemos termina provocando adelantos de consumos y se aprovecha el financiamiento para ello”.

“Por esta misma dinámica inflacionaria, la morosidad en tarjetas va a ser más estable que el financiamiento vía créditos a la industria o la inversión. No necesariamente implica algo bueno; el sistema financiero actual está caracterizado por una importante restricción al crédito. De hecho, contamos con una tasa de crédito al sector privado muy por debajo del resto de la región. Hay un financiamiento muy acotado que no mejora en cuanto a las perspectivas de créditos”, apuntó el economista.

“La demanda de créditos sigue siendo baja, y las utilidades y activos dependen, en gran medida, de sus tenencias de títulos soberanos y del BCRA, donde estos últimos tienen un rendimiento del 255%”, informó Moody´s. “Los principales factores que contribuyen a la resiliencia de los bancos ante estas difíciles condiciones operativas han sido la penetración del crédito extremadamente baja, del 8% del PBI en agosto de 2023, su exposición contenida —aunque creciente— a la deuda pública soberana y la limitada intermediación de los ahorros en moneda extranjera”, analizó.

Share This