Primeros pasos para realizar inversiones de triple impacto
En el conversatorio "Mercado asegurador: inversiones de impacto", especialistas del sector compartieron su mirada sobre finanzas sostenibles; las tendencias globales, regionales y locales y las alternativas disponibles.

24 Abr, 2023

La mitigación del cambio climático es una tarea urgente, y el desarrollo de las finanzas sostenibles es clave para alcanzar ese objetivo, ya sea mediante la negación de financiamiento a aquellas actividades que perjudiquen el planeta, como mediante la incentivación de proyectos que contribuyan a protegerlo.

A nivel global, el lanzamiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las 169 metas, sentó las bases para la creación de un nuevo sistema económico, con una mirada de impacto ambiental y social.

El mismo año, la ONU promovió la firma del Acuerdo de París con el fin de reducir las emisiones de gas de carbono y el calentamiento global en, al menos, dos grados centígrados.

Sin dudas, estos dos grandes hitos dieron lugar a la gestación del modelo Finanzas Corporativas Sostenibles (FCS), que tiene el objetivo de lograr que el sector empresarial no persiga exclusivamente un fin económico, sino que también pueda incorporar nuevos desafíos y criterios con una mirada social y ambiental.

En línea con estas iniciativas, a nivel local se creó en 2019 el Protocolo de Finanzas Sostenibles, que ya cuenta con el apoyo de tres cámaras bancarias y 24 entidades financieras.

Mientras que, en septiembre de 2021, el Banco Central, la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) firmaron un acuerdo con el objetivo de generar condiciones para atraer inversiones públicas y privadas que contribuyan a alcanzar objetivos económicos, ambientales y sociales en el marco de los ODS y dar respuesta a la crisis del cambio climático a través del financiamiento de estrategias de mitigación y adaptación.

Con el fin de debatir y entender cuáles son los desafíos y las herramientas técnicas disponibles para que las empresas comiencen a incorporar criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) en su gestión, NBS organizó el conversatorio, “Mercado asegurador: inversiones de impacto”, que contó con la participación de Francesco Tosi, vicepresidente de Eurocamara, Sebastián Cantuarias, CEO de Banca Ética Latinomericana y Pablo Cortinez, consultor en finanzas sostenibles.

Cambio climático y oportunidades de inversión

Al abrir el debate, Cortinez realizó un llamado de atención en relación al gap de financiamiento que existe tanto en el ámbito de la Agenda 2030 como en el Acuerdo de París que, en algunos casos, equivale a la suma de los productos brutos de cuatro grandes economías de América Latina: Brasil, México, Argentina y Colombia.

“Ambas propuestas suenan muy bien, alcanzables en teoría, pero la financiación no está. Al bajar el Acuerdo de París a los países en desarrollo, muchos plantearon ‘contribuciones determinadas a nivel nacional’ (NDC), incondicionales y condicionales. En el primer caso, el país se propone reducir los gases de efecto invernadero con los medios que tiene a su alcance. Mientras que, en el segundo caso, dependen de la transferencia tecnológica, capacity building y financiación de los países desarrollados”, explicó.

En ese sentido, el consultor destacó que, así como el cambio climático implica riesgos físicos asociados a los desastres naturales y otros riesgos de transición, también representa una gran oportunidad de inversión en diferentes áreas como, por ejemplo, energías renovables.

“Si esto es una solución, pero también un negocio, va a haber más financiación. En el mediano y largo plazo, las empresas ASG son más rentables, o más defensivas en una mala época, que una compañía con un enfoque tradicional”.

En cuanto al rol de los reguladores en el desarrollo de las finanzas sostenibles, Cortinez opinó que las iniciativas lograron avanzar de manera poco planificada, mientras que «el regulador la viene corriendo de atrás, aunque ya tomó nota de las recomendaciones”.

Otro de los disparadores del debate fue el desafío de pasar de una estrategia de responsabilidad social empresaria (RSE) a transitar el camino de la sustentabilidad y las finanzas sustentables.

En ese sentido, Cortinez destacó que es un tema de “transición y de momento”, en tanto existe una diferencia sustancial entre hacer una donación para plantar árboles e invertir 2 millones de dólares en un bono temático donde, además de financiar un proyecto verde, la empresa obtiene una rentabilidad. “Estamos empezando a transitar estos temas. En nuestro país son cuestiones que todavía no se tienen en consideración. Pero lo que traemos es una propuesta diferente, que va más allá de donar plata. Se trata de invertir con un propósito determinado y obtener una rentabilidad, mientras se mejora el ambiente o se impacta socialmente”.

Para Cortinez, otro desafío clave es que las aseguradoras puedan comenzar a trabajar en la identificación y gestión de los riesgos y los incorporen, tanto en las decisiones de crédito como en las de inversión.

Banca ética: ¿a quién sirve mi dinero?

Un tema clave en el conversatorio fue el papel de la banca ética para apuntalar las inversiones sustentables. Cantuarias fue el encargado de desarrollar este tema. Comenzó por plantear la pregunta que se hace la banca ética y cuya respuesta define su objetivo: ¿a quién sirve mi dinero?

A partir de este disparador surge el Triodos Bank en Europa y el desarrollo de un movimiento que dio en llamarse Global Alliance for Banking on Values (GABV), una red de bancos independientes que utilizan las finanzas para lograr un desarrollo económico, social y ambiental sostenible, y cuenta con 66 miembros en 44 países.

Algunos de los principios de trabajo y requisitos de las instituciones que integran la GABV son las inversiones en la economía real; el impacto social, ambiental y económico de su negocio; una mirada responsable del capital, la solvencia y el riesgo; la transparencia y la resiliencia a largo plazo.

En esa línea, Cantuarias enumeró las cinco claves que impulsan desde la Banca Ética Latinoamericana con el objetivo de movilizar la transformación de la industria.

  • Criterios explícitos de inversión: implican tener una visión clara sobre los proyectos en los que se quiere invertir y en los que no. “Algo así como la línea editorial de la institución financiera”, aclaró.
  • Inversión en la economía real: poner el foco en desarrollar rentabilidad sobre los bienes y servicios, en lugar de la rentabilidad del dinero. “Es la diferencia entre la actuación en el mercado de capitales y la economía que nos da de comer”, sostuvo.
  • Incentivos orientados al impacto: pagar o no pagar bonos en función de la orientación de la organización, de perseguir la rentabilidad o perseguir objetivos de impacto ambiental o social.
  • Transparencia total: qué información tienen los clientes sobre el portafolio de la institución financiera y en qué medida incide en su decisión de quedarse en una u otra.
  • Gobernanza para cuidar el propósito: en la medida en que la institución financiera tiene criterios explícitos de inversión, un portafolio de inversiones en la economía real y equilibrada participación en el mercado de capitales, para ser creíble y poder sostenerlo en el tiempo tiene que tener una gobernanza alineada.

“Lo más importante es comenzar a invertir con impacto y transformar la cartera incorporando variables sustentables. Una manera concreta, precisa y medible es comenzar a transitar un camino de inversión en la economía real con criterios explícitos de inversión”, dijo Cantuarias.

En ese sentido, el CEO destacó que la Banca Ética Latinoamericana colabora con las instituciones que quieren comenzar a transitar este camino. Pretenden mostrar una tesis de inversión en temas estructurales, en tres áreas: educación y cultura, desarrollo social y medio ambiente. Estos segmentos se dividen, a su vez, en nueve sectores y 120 subsectores.

“Lo que estamos proponiendo es: movámonos, salgamos de la teoría y vayamos a la práctica”.  Para eso ofrecen un pool de oportunidades, para distintos tipos de inversionistas. Uno de ellos es para personas naturales a través de plataforma de financiamiento colectivo, con tickets pequeños para lo que desarrollaron una fintech propia. Entre otras opciones hay un fondo de inversión público en Chile de 10 millones de dólares; otro en Brasil que está en desarrollo; un fideicomiso de garantía en Uruguay y otro en proceso en Argentina. “Estamos creando instrumentos personalizados en cada una de las economías, en función de las regulaciones y cultura de cada país”.

Para terminar, y en respuesta a la pregunta sobre cómo avanzar en este tipo de agenda en países con crisis macroeconómicas, como la de Argentina, Cantuarias respondió: “no hay forma de salir del atolladero si no es por el camino de la sustentabilidad. Necesitamos que las economías de América Latina tengan la posibilidad de producir alimentos competitivos en el mercado global, desarrollar talentos para competir en la industria tecnológica a nivel global, apuntar al desarrollo humano, a la energía verde y a la agroecología. Para que el negocio sea mas sustentable, pero también por un tema de competitividad”.

Caso: TN Platex y línea de eficiencia energética del BID

A su turno, y en su rol de vicepresidente de la Eurocamara, Tosi trazó un panorama general sobre el contexto europeo e italiano, en particular acerca de las inversiones sustentables.

En ese sentido, afirmó que la invasión a Ucrania y sus consecuencias en el precio de la energía cambiaron radicalmente el panorama económico en Europa, donde comienza a observarse la profundización de algunas variables, como la inflación, la devaluación, la reducción del PBI y expectativas de crecimiento a la baja.

Estas variables limitaron los fondos que iban a destinarse a la financiación de proyectos sustentables, entre ellos los de energía renovable, que son fundamentales para reemplazar el gas que viene de Rusia.

“En el segundo semestre de 2023 la energía renovable va a abastecer el 22% de las necesidades energéticas de toda la Unión Europea y en Italia, el 20%. No hay tiempo para aumentar la generación y reemplazar al gas de Rusia, que para Italia es el 38% de sus necesidades de provisión de gas. Se espera que en 2024 Europa pueda mantener su consumo de energía sin el gas ruso”.

Por último, el ejecutivo compartió el caso de TN Platex, donde se desempeña como gerente de Finanzas, y la experiencia de la compañía en el proceso de aplicación para la línea de de financiamiento de eficiencia energética para pymes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En TN Platex presentaron un proyecto de sustitución de compresores que les permite ahorrar un 30% de energía. “El proceso es muy burocrático, y tanto bancos como aseguradoras tienen que presentar una gran cantidad de documentos y formularios”.

La compañía logró obtener un préstamo de 120 millones de pesos, no obstante Tosi expresó su preocupación sobre el aumento de la tasa que era en un principio del 31% y luego se fue incrementando.

“Hay una apertura desde los bancos para que las pymes mostremos nuestras propuestas, pero por el momento es muy suave. Algo que veo positivo son ciertas condiciones que los bancos están exigiendo a las empresas para la vinculación crediticia, como que no haya infracciones por temas ambientales”, explicó.

Y añadió que los fabricantes también recibieron las demandas de los consumidores, sobre todo en Italia, que esperan que las prendas de indumentaria que consumen sean amigables con el medio ambiente y que procesos como un menor consumo de agua y de fertilizantes estén certificados.

En ese sentido, Tosi señala que la mayoría de las prendas que hay en el mercado son de fibra sintética. “Nuestros productos son de algodón, pero de todas formas estamos trabajando para integrar ese concepto en toda nuestra producción, como si fuera obligatorio”.

Francesco Tosi, Sebastián Cantuarias, Pablo Cortinez
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