Seguros al límite: la amenaza de los desastres naturales recurrentes
Con un aumento proyectado del 20% en las primas hasta 2040 por efecto climático, las aseguradoras enfrentan un nuevo paradigma de riesgo.

29 Abr, 2025

La mayor presencia de eventos climáticos extremos está poniendo en jaque la sostenibilidad financiera del sector asegurador, que ve cómo sus costos se disparan año a año.

Un estudio de la consultora Product Hackers advierte que en la última década, las aseguradoras a nivel global enfrentaron pérdidas por un total de 367.300 millones de euros debido a catástrofes naturales. Esto representa un incremento del 36% comparado con décadas anteriores. Mientras tanto, en Europa, Medio Oriente y África, el aumento de estos eventos fue todavía más pronunciado, porque alcanzó el 51%. En estos lugares, las aseguradoras sufrieron un impacto económico cercano a los 16.400 millones de euros anuales, tras registrar un crecimiento del 12% en el número de desastres naturales.

Asimismo, el estudio proyecta que el 20,5% del aumento en las primas de seguros a nivel global hasta 2040 estará directamente vinculado al impacto del cambio climático.

El desafío de eventos cada vez más frecuentes

Los desastres naturales tienen un impacto directo y significativo sobre la sostenibilidad operativa y financiera de las compañías de seguros. Nicolás Ércole, gerente de Operaciones de Grupo San Cristóbal, identifica y enumera algunas de las consecuencias que afectan al negocio y a la estabilidad financiera de las aseguradoras, como el aumento de siniestros y denuncias con el posterior pago de indemnizaciones; el incremento de las primas de seguros para compensar el riesgo mayor; el creciente número de personas que quedan sin protección por no poder hacer frente al pago de las cuotas; la incertidumbre y la dificultad en la evaluación certera de los riesgos a cubrir, entre otras implicaciones.

“La reciente tragedia de Bahía Blanca fue uno de los eventos más devastadores de los últimos tiempos. Casas sin techo, autos destruidos, comercios paralizados. En ese contexto, desde Grupo San Cristóbal activamos un plan de emergencia inmediato, reforzamos nuestra presencia local y priorizamos cada caso con el acompañamiento que requería. Hoy estamos gestionando más de 15.000 millones de pesos en siniestros sólo en esa región”, explica.

En la misma línea, Sergio Aboy, director de Placement en Argentina y Uruguay en Marsh, advierte que los riesgos climáticos son una gran preocupación para el mundo entero.

Y añade que, según el Informe global de riesgos 2025 elaborado por World Economic Forum, Marsh McLennan y Zurich Insurance Group, el riesgo climático es, en el corto plazo, el segundo en importancia detrás de los conflictos bélicos, y el primero a largo plazo, si se toma como referencia una década.

“La siniestralidad global va en aumento por el fenómeno de aparición de eventos climáticos extremos. Sólo a modo de ejemplo, las pérdidas globales por catástrofes naturales en 2024 ascendieron a 320.000 millones de dólares, de las cuales sólo estaban aseguradas 140.000 millones de dólares. Si lo comparamos con 2023 hubo un incremento de pérdidas aseguradas del orden del 30%”, enfatiza.

El fenómeno más letal del planeta

El calor extremo ya es el fenómeno climático más letal del planeta, porque genera unas 489.000 muertes al año, y supera en víctimas a inundaciones, huracanes, terremotos e incendios forestales combinados.

Pero más allá del impacto en la salud humana, el calor se está transformando rápidamente en el riesgo climático más costoso. Según un informe del Foro Económico Mundial, para 2035 podría provocar pérdidas anuales de productividad por 2,4 billones de dólares y daños en activos fijos por unos 445.000 millones de dólares en empresas que cotizan en bolsa.

En Argentina, estos eventos golpean especialmente en el agro, los autos, las propiedades y también en los seguros de vida y salud. Aboy descarta un escenario donde los riesgos climáticos, por su severidad y frecuencia, puedan ser inasegurables.

“Entendemos que no por el momento. Lo que puede suceder es que el mercado de seguros tenga una capacidad limitada y cuando llegue a un cúmulo de riesgo deje de vender cobertura para ese riesgo. Para las aseguradoras mientras haya un riesgo y se pueda medir su frecuencia e intensidad va a existir la posibilidad de transferirlo, al menos que en el futuro sean riesgos usuales con una alta frecuencia que hagan que pasen a ser un riesgo ordinario y no un evento extraordinario”, manifestó.

Por su parte, Ércole, opina que algunos riesgos podrían estar cerca de ser inasegurables, debido al aumento y recurrencia de su frecuencia e intensidad. “Esto se debe a que los seguros se basan en la capacidad de predecir y diversificar el riesgo. Pero cuando el riesgo es casi seguro que ocurra, de pérdida masiva y de magnitud incierta, entonces deja de ser asegurable”, explica.

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