Será difícil embestir nuevamente contra el INDEC – Jorge Todesca
Ex director del INDEC   Hoy el INDEC es un instituto nuevo en términos de tecnología, metodología y enfoques. Aunque hace falta una ley de estadística, será difícil poner en peligro al Instituto porque la sociedad y la comunidad internacional están alerta.   El INDEC es, hoy, un instituto que sabe dónde está la frontera […]

30 Ene, 2020
Ex director del INDEC

 

Hoy el INDEC es un instituto nuevo en términos de tecnología, metodología y enfoques. Aunque hace falta una ley de estadística, será difícil poner en peligro al Instituto porque la sociedad y la comunidad internacional están alerta.

 

El INDEC es, hoy, un instituto que sabe dónde está la frontera que hay que alcanzar en materia de desarrollo estadístico. Es un instituto moderno. No reconstruimos el INDEC preexistente a 2015, sino que hemos estado construyendo uno nuevo en términos de tecnología, metodología y enfoques. Se reconstruyó el Instituto con los criterios del presente. Tiene un staff muy bueno. Y hemos hecho mucho intercambio con el mundo.

Hago un balance positivo por varias cuestiones. Por haber logrado que se pueda trabajar en convivencia. Era un infierno en serio, pero la gente se fue ordenando alrededor de un proceso de trabajo. Había quedado un grupo marginado que se incorporó a ese proceso y convocamos a la gente que había sido echada.

Desde el punto de vista técnico, hubo un énfasis especial en trabajar para la OCDE, que tiene una división de estadística con una potencia técnica e intelectual muy grande y muy buenos parámetros. Eso fue muy ordenador y ayudó mucho el proceso de reconstrucción.

Avanzamos un trecho en la introducción de tecnología –hicimos el censo agropecuario sin papel–, pero es un proceso que todavía requiere seguir caminando. Es difícil en el sector público reclutar y mantener a los informáticos, que son un rubro caro. El Instituto necesita fortalecer su planta profesional.

El INDEC es una institución que siempre tuvo puesta la camiseta y se la volvió a poner. Así fuimos reconstruyendo las series de productos estadísticos. Lo importante es que haya un punto de referencia calificado internacionalmente. La comunidad estadística extranjera es amigable y está dispuesta a compartir, porque la idea global es homogeneizar y eso permite apropiarse de una base intelectual potente.

Falta una ley de estadística. Se necesita un nuevo marco legal para consolidar la cuestión de la independencia y para poder tener un instituto que acceda a las nuevas fuentes de información, básicamente los registros administrativos usados con fines estadísticos, como los de la AFIP y el RENAPER. El gobierno de Mauricio Macri se animó a mandarlo al Congreso y en el informe de la OCDE fue bastante sorprendente que el primer capítulo abordara ese tema.

El gobierno de Alberto Fernández nominó a Marco Lavagna como nuevo titular del INDEC. Me parece bien la elección. Ha sido consultor y tuvo el mismo conflicto con la intervención, así que diría que es una persona no contaminada. Un primer paso importante. Sería difícil embestir contra el INDEC como se hizo en su momento. Ahora la sociedad y las organizaciones internacionales están más atentas.

Fernández deberá enfrentar principalmente la crisis financiera. La reducción de la inflación va en paralelo con la baja de la pobreza mirada con los ingresos monetarios. El gobierno de Macri ha puesto un gran empeño en mejorar la infraestructura del país, pero no es sustitutivo.

Una política que tendría que tener continuidad es la vinculación con el mundo. Se espera que un país como Argentina esté integrado al mundo y participe, no sólo pidiendo préstamos. Tiene que tener la actitud de reconocer la existencia de la deuda. El tema es la voluntad de pago. El gobierno de Macri no llegó con deuda cero, ya había un stock de deuda, resolvió el problema con los holdouts y volvió al mercado.

Si en un gobierno como el de Macri hubo una crisis económica profunda fue por una combinación de circunstancias y decisiones propias. Creo que hubo un exceso de confianza en lo que, de por sí, simbólicamente representaba un cambio de orientación política y económica. Tampoco se acertó ni con el diagnóstico ni con la solución de la inflación.

El FMI no vino a nosotros, nosotros fuimos al FMI. Nunca se va a encontrar en el FMI una actitud de no poder renegociar un préstamo. Tiene que haber más compromiso fiscal, pero hay un balance político para resolver: tenemos una cobertura social por encima de cualquier otro país de América Latina y la sociedad se siente satisfecha con eso. Tenemos que definir cómo la pagamos. Hay que buscar un acuerdo político.

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