Camino gradual, con una definición fuerte cada tanto
Considero que luego de octubre, cuando finalicen las elecciones de 2017, surgirán la necesidad y el planteo de que haya algún ajuste. En nuestra opinión, a partir de ahí se dará una fuerte reorientación de la economía hacia la inversión y el crecimiento con inversiones. En principio, lo que uno puede notar este año es […]

27 Dic, 2016

Considero que luego de octubre, cuando finalicen las elecciones de 2017, surgirán la necesidad y el planteo de que haya algún ajuste. En nuestra opinión, a partir de ahí se dará una fuerte reorientación de la economía hacia la inversión y el crecimiento con inversiones.

En principio, lo que uno puede notar este año es el atraso en la recuperación después de las correcciones de los precios relativos, la salida del cepo y el aumento en los precios de la luz y gas, lo que llevó a cambios incluso en temas más bien políticos, como la postergación de la reducción de los derechos de exportación de la soja. La economía no se recuperó a partir de septiembre/octubre, como estaba previsto, sino que sigue cayendo. En la industria esta caída interanual para octubre es de un 5,4% y la del PBI, de un 4,7%. Lo que muestra una situación bastante mala en materia económica.

Al mismo tiempo, tenemos una caída fuerte de la inflación. El aumento del 43% que tuvo el índice general desde octubre del año pasado a octubre de este año, impulsado por la devaluación, la baja de los derechos de exportación y la suba de tarifas, se redujo a un 1,5% mensual previsto para noviembre y seguiría en esos valores, con lo cual 2017 terminaría en un 20% más o menos.

Por otra parte, no se avanzó en la corrección del déficit público. Este se encuentra en niveles incluso peores que los del año pasado. Básicamente, se tuvo la decisión de no pegarle fuerte a los gastos en personal, jubilados y de mantener los planes, al tiempo que tampoco se aumentaron los impuestos. El año que viene tampoco bajarán los gastos, porque se trata de un año electoral, por lo que se decidió financiarlos con endeudamiento. El Gobierno se endeudará todo lo que haga falta para cubrir esos gastos sin aumentar los impuestos. En definitiva, hoy nos encontramos con el mismo déficit del año anterior y más deuda.

Considero que luego de octubre, cuando finalicen las elecciones de 2017, surgirán la necesidad y el planteo de que haya algún ajuste. En nuestra opinión, a partir de ahí se dará una fuerte reorientación de la economía hacia la inversión y el crecimiento con inversiones, tanto en lo que es energía (que ya empezó pero sería más fuerte) como en obras públicas, con un aumento importante del tipo de cambio, creciendo significativamente para ese año y luego con más tranquilidad. Creo que esta decisión del presidente de ir por un camino gradual, con una definición fuerte cada tanto, seguirá ocurriendo y veremos cómo termina. La perspectiva es buena, no extraordinaria.

Si bien Argentina no está muy endeudada, tiene mucho gasto y esta combinatoria es muy peligrosa. También en este punto vamos a ver qué sucede a partir de octubre del año que viene, en donde necesariamente habrá un cambio en materia de política y economía, porque no se puede seguir diciendo que la baja del déficit fiscal se dará aumentando la actividad. Por suerte, el blanqueo dio bien. El Gobierno está contento y los bancos también, al haber más dinero para operar en la Argentina. Ya ingresaron 7.200 millones de dólares en esta fase, más lo que podría llegar por acciones y demás.

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