Una inversión virtuosa
Alejandro Asenjo, Gerente General de La Segunda Seguros Sólo con entornos amigables pueden realizarse negocios amigables. Por eso el compromiso con la comunidad es una guía de nuestra acción teniendo en cuenta que La Segunda es una empresa de raíz cooperativa. Contamos con todo un programa de acciones que tienen que ver con la reputación […]

21 Sep, 2017

Alejandro Asenjo, Gerente General de La Segunda Seguros

Sólo con entornos amigables pueden realizarse negocios amigables. Por eso el compromiso con la comunidad es una guía de nuestra acción teniendo en cuenta que La Segunda es una empresa de raíz cooperativa. Contamos con todo un programa de acciones que tienen que ver con la reputación y con el prestigio. Teniendo en cuenta que es uno de los siete principios cooperativos, creemos que se trata de una inversión virtuosa.

Para eso primero es fundamental cumplir con nuestra misión esencial: somos una aseguradora, proveedores de certidumbre, de confianza. El asegurado compra un intangible y lo que vende la compañía es la promesa de estar presentes ante determinado evento, como puede ser un riesgo de trabajo, brindando la contención personal adecuada. Por lo que tiene que existir un programa de “omnicanalidad”, para estar en todos lugares brindando transparencia. Debe ser claro lo que vendemos, el proceso de suscripción debe ser rápido, la indemnización tiene que ser justa y oportuna, la tardía no sirve, y el esquema de comunicación debe ser permanente con el asegurado para que esté al tanto de todas las novedades.

La clave es complementar lo que hacemos con nuestro compromiso con la comunidad de acuerdo a lo que dicta nuestra filosofía. Entendemos que la responsabilidad social Empresarial no debe ser sólo una moda, por eso al evaluar nuestra imagen con el propio cliente podemos afirmar que el 90% de los clientes está satisfecho, el 99% nos recomendaría y el 97% renovaría su confianza en la empresa.

Sin embargo, teniendo en cuenta la irregularidad de algunas entidades, el sector del seguro no tiene precisamente la reputación que estamos buscando. Entonces el esfuerzo para mejorar la reputación de la industria debe ser doble. Semanas atrás el ente regulador suspendió dos aseguradoras, cerca de un año atrás hizo lo mismo con otra, así como también aparecieron, no hace mucho, noticias de pólizas falsas. Claramente en una industria con más de 180 operadoras, no todos se manejan con la misma filosofía, y en muchos casos transforman a la empresa en una máquina de liquidez para tomar dinero y utilizarlo para otros emprendimientos. Luego ese dinero no está a la hora de pagar el siniestro. En este sentido la acción de la reguladora es fundamental para poner parámetros y medidas a cumplir.

Por eso mismo Argentina es uno de los países de Latinoamérica donde el mercado de seguros tiene más baja penetración en relación a su PBI. Esto significa que la gente no ve el seguro como un factor de desarrollo económico y financiero, sino más bien como un gasto, como un impuesto. Recién cuando aumente la confianza, aumentará el volumen de negocios.

Si bien la Superintendencia tuvo muchos cambios en los últimos tres años, pareciera que esta última autoridad que asumió va en camino a transparentar el mercado, a hacerlo más solvente trabajando en algunos temas básicos como el de las reservas y mediante la bancarización en la cobranza de las pólizas. Es una señal al mercado de que estamos haciendo las cosas en serio. Desde el punto de vista del regulado esperamos estabilidad para encontrar la madurez necesaria en el ejercicio de la actividad aseguradora, ya que no es sostenible el persistente cambio de reglas.
Por otra parte las acciones realizadas desde las cámaras que agrupan a las compañías ayudan mucho a la imagen del sector, el problema es que son muchas. El conjunto de la industria cuenta con seis cámaras empresariales, y esa división no ayuda a lograr una mejor conciencia de todo el mercado. Los modelos que han sido exitosos son aquellos donde hay una sola que involucre a toda la actividad aseguradora.

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