Avanza la participación en los mercados voluntarios de carbono
Estos instrumentos financieros tienen un papel central en la mitigación del cambio climático. Expertos locales estiman que en Argentina se podrían operar más de 1.000 millones de dólares al año en el mediano plazo.

19 Mar, 2025

En la 29ª Conferencia de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), realizada a fines del año pasado en Bakú, Azerbaiyán, se lograron grandes avances para la aprobación de metodologías del grupo intergubernamental de expertos sobre esta materia y para establecer el escenario para los nuevos mercados internacionales de carbono.

Todos advierten que este tipo de instrumentos financieros tienen un papel relevante en la mitigación del cambio climático y en el cumplimiento de los objetivos globales de descarbonización hacia el 2050. De hecho, el artículo 6 del Acuerdo de París establece mecanismos de cooperación entre países, para alcanzar sus compromisos de reducción de emisiones de manera más eficiente y con menores costos, entre los que se incluye el comercio de créditos de carbono.

Lamentablemente, el presidente Javier Milei retiró a la delegación argentina que debía negociar en la cumbre climática esos acuerdos para transferencia de emisiones, es decir, los mecanismos internacionales para que algunos países o industrias que emiten gases de efecto invernadero (GEI) puedan compensar a otros países o sectores que tienen capacidad de captura de esas emisiones.

La Argentina tenía grandes chances de aumentar su participación global y, por eso, la Mesa de Carbono Argentina, que integran desde la Asociación Forestal Argentina (AfoA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA), hasta YPF, Arauco, Ledesma y Las Marías quedó absorta ante la intempestiva decisión oficial.

«Alcanzar los objetivos de net-zero, entre otros, requiere inversiones, el mercado de carbono voluntario es parte de la respuesta para efectuar la transformación necesaria para combatir la crisis climática.” Julieta Artal Conte, BYMA.

De todas maneras, con la presentación del mercado voluntario de carbono realizada en octubre pasado por BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos), se abrió un ámbito de negociación para la cesión de certificados de crédito de carbono (verified carbon units, por sus siglas en inglés), que da cierta autonomía a los emisores y adquirentes más allá de las diatribas políticas.

“El desarrollo de este mercado a través de una bolsa de valores marca una fase superadora en el recorrido de sustentabilidad que iniciamos desde el inicio de BYMA”, comentó el CEO de la entidad, Gonzalo Pascual Merlo.

Por su parte, la líder de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad, Julieta Artal Conte, expresó: “Alcanzar los objetivos de net-zero, entre otros, requiere inversiones, el mercado de carbono voluntario es parte de la respuesta para efectuar la transformación necesaria para combatir la crisis climática”.

Este nuevo ámbito ya cuenta con su primera transacción, que involucró la compra de créditos de la energética Genneia por parte de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires para compensar la huella de carbono generada por la 51ª Asamblea General de la Federación Iberoamericana de Bolsas (FIAB).

“Tras la primera transacción registrada, la expectativa es que más empresas y organizaciones utilicen el ámbito de negociación de BYMA para compensar sus emisiones”, agrega Antonella Pellegrini, analista de Mercado Voluntario de Carbono.

Salto cuántico en el volumen negociado

Los expertos globales en mercados de carbono estiman que la demanda internacional podría impulsar un crecimiento de este segmento financiero entre siete y doce veces para 2030 y entre 45 y 83 veces para mediados de siglo. Y la oferta no es poca, hoy existen, al menos, 170 tipos de proyectos para la captura y reducción de emisiones de CO₂ del sector forestal y agropecuario, energías renovables, industria, transporte y gestión de residuos, entre otros.

“Desde el Parque Eólico Manantiales Behr hemos promovido la comercialización de estos atributos mediante la registración del proyecto bajo el estándar VCU, auspiciado por Verra, uno de los mayores mercados de bonos voluntarios del mundo”, comenta Jorge Ravlich, gerente de Negocio Eléctrico de YPF Luz. Con este instrumento, la energética comercializó 800.000 VCU, tanto a clientes locales como globales.

“Los proyectos de carbono no restringen la producción, sino que la complementan y generan financiamiento adicional a dichas actividades productivas, pero además pueden ayudar a cumplir con requisitos para el comercio internacional”, sostiene Marcelo Taboada, presidente y responsable de Certificación de Nideport, empresa desarrolladora de proyectos de créditos de carbono con foco en la restauración de tierras degradadas.

El potencial de Argentina 

En la Argentina operan varias compañías ligadas al mercado de carbono. Verra, certificadora a nivel global, anunció a fines de febrero que certificó el primer programa de carbono de ganadería regenerativa del país, que es gestionado por la empresa local con operación regional Ruuts, asociada con las organizaciones Native y Ovis 21, y afecta a tres millones de hectáreas en la Patagonia con 21 predios contratados y más de 80 en proceso de incorporación.

En la certificadora aseguran que “esta implementación no sólo mejora la salud de los ecosistemas, sino que también crea una nueva fuente de ingresos para los productores, al integrar la venta de créditos de carbono con prácticas ganaderas regenerativas”.

Los especialistas coinciden en que si la Argentina inicia un proceso de impulso de la industria del carbono, se podría alcanzar un 5% del mercado global en cinco años, lo que atraería inversiones por 3.000 millones de dólares para el desarrollo e implementación de proyectos específicos, cifra que podría superar 20.000 millones de dólares para 2050, según estimaciones de Investment Trends and Outcomes in the Global Carbon Credit Market.

De hecho, de poder desarrollar y certificar proyectos de captura y reducción de emisiones en sólo el 10% de la superficie agropecuaria y forestal del país, podría estimarse, preliminarmente, que la comercialización de los certificados de carbono generados por estas iniciativas podría representar ingresos totales por casi 7.000 millones de dólares.

Share This