Tras la inflación del 12,4% de agosto —el valor mensual más alto desde 1991— y la devaluación que se acelera en las semanas previas a las elecciones de octubre, bancos y aseguradoras buscan compensar la caída de poder adquisitivo de sus empleados.
Según una encuesta reciente de la consultora WTW, un 6% de las compañías está dando adelantos de sueldo, entre las que se encuentran también empresas de consumo masivo y automotrices.
Pero como los aumentos y anticipos salariales no alcanzan para recomponer los bolsillos, los departamentos de recursos humanos ya piensan “fuera de la caja” e implementan más estrategias.
Una modalidad que gana lugar es el pago adelantado de bonos o del medio aguinaldo de diciembre, como beneficio especialmente para personal fuera de convenio, como jefes, supervisores, gerentes y directores. El concepto se basa en anticipar pagos, teniendo en cuenta que la inflación corre a toda velocidad y que cuanto antes se tenga la plata en mano, menos se devaluará.
Las compañías buscan sacarse de encima los pesos ante la incertidumbre macroeconómica. Lo hacen también para superar las dificultades que hay para dolarizarse o girar el dinero a las casas matrices en el exterior, y poder resolver el problema de liquidez en sus cajas.
A su vez, las organizaciones recurren a alternativas, como beneficios adicionales a la remuneración. Según el relevamiento de WTW, un 3% está pagando los salarios cada 15 días (en lugar de cada 30).
También hay firmas que, en lugar de incrementar los sueldos, dan compensaciones. Por ejemplo, un 6% está otorgando montos extra a través de plataformas como Mercado Pago, en tanto otro 6% ofrece gift cards; un 5% entrega vales para supermercados y un 2% reparte vouchers de combustibles.
Tendencia en la industria financiera
Aunque la tendencia se da en cada vez más sectores, en la industria financiera la tendencia no es nueva. Se trata de una política que algunas entidades implementan desde hace unos años. Así le confirmó a este medio uno de los principales bancos privados del país.
Incluso, hay algunas entidades que evalúan abonar en forma anticipada el bono del Día del Bancario, que se celebra el 6 de noviembre y normalmente se paga ese mismo mes. Luego de la última revisión paritaria, esa gratificación ascenderá a 406.654,92 pesos este año. En todos los casos, la comunicación interna alienta a los colaboradores a recibir el pago en los próximos días para invertirlo o consumirlo.
“Para mitigar el impacto significativo que tuvo la política monetaria en el último tiempo, con los haberes del mes de septiembre acreditaremos un anticipo de sueldo especial del 50% de la remuneración de nuestros colaboradores, que se descontará de su liquidación en diciembre. Este adelanto no tiene impacto alguno en ganancias, ya que no forma parte de la base imponible”, explicó Banco Galicia.
Desde otro de los bancos que tiene esta política afirmaron que la iniciativa tiene alta aceptación entre los trabajadores: “Es un win-win. Para la empresa, el efectivo es un costo. Para el empleado, contar con el dinero antes le permite adelantar consumos, pagar un viaje o un festejo familiar, y aprovechar mejor sus ingresos en contexto inflacionario”.
Es que, de esa manera, las compañías buscan sacarse de encima los pesos ante la incertidumbre macroeconómica. Lo hacen también para superar las dificultades que hay para dolarizarse o girar el dinero a las casas matrices en el exterior, y poder resolver el problema de liquidez en sus cajas.
