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Sandra Busquets, coordinadora del Programa de Educación Financiera Becas de Integración “Dándole la oportunidad a un chico, se la das también a su familia y a su comunidad. Esto se ve porque es un programa a largo plazo que rinde frutos y se pueden ver los resultados con facilidad. Es un círculo de activación económica […]

27 May, 2016

Sandra Busquets, coordinadora del Programa de Educación Financiera Becas de Integración

Sandra Busquets

“Dándole la oportunidad a un chico, se la das también a su familia y a su comunidad. Esto se ve porque es un programa a largo plazo que rinde frutos y se pueden ver los resultados con facilidad. Es un círculo de activación económica que se aprecia en la economía local.”

Bajo la premisa de que para construir un futuro hay que tener un presente, el banco organizó este programa que, en 2016, cumple 10 años de antigüedad.

De acuerdo a Busquets, el banco está muy orgulloso de haber podido mantenerlo durante tanto tiempo con un crecimiento sostenible año a año en todo el país: “Hace diez años vimos que la necesidad que tenía el país era para con la educación –en primaria y secundaria–, donde los chicos con bajos ingresos tenían mucha dificultad para terminar la escuela. Hoy, esto sigue siendo una problemática y, por eso, nos seguimos enfocando en este proyecto, para ayudar a los chicos a terminar su formación básica”.
En el 2007, la entidad empezó con 180 becados y este año llegó a 1.452, en 13 provincias y 35 centros. El programa se lleva adelante junto a 22 ONG.

La iniciativa consiste en una beca de 900 pesos por mes –el año pasado era de 700– que se le entrega al chico en el formato de una tarjeta Visa recargable. Cada becado está guiado y acompañado por un tutor remunerado que le brinda apoyo escolar y contención emocional, más allá del control económico en sí mismo, que consiste en presentar tickets fiscales de las compras hechas. Se les enseña a los estudiantes a invertir ese dinero de la mejor manera posible. La educación financiera es complementada con educación artística. Las ONG organizan talleres de expresión donde también se brinda contención para el adolescente.

Para festejar los diez años de programa, se organizó un nuevo taller llamado Mi Primera Empresa, al que le dieron formato de concurso para lograr una mayor motivación. La idea es ofrecer herramientas para poder elaborar un plan de negocios y que los chicos sean capaces de armar un emprendimiento propio. El primer concurso es en mayo y dura un mes y medio. Entre 100 becados habrá un ganador –en grupos de tres participantes–. Para fin de año, habrá una segunda convocatoria. El premio es de 10 mil pesos.

Busquets puntualizó que lo más destacable del proyecto en estos 10 años es la motivación y el compromiso de los becados que lograron, en varias escuelas, alcanzar una repitencia cero: “También pudimos entender que dándole la oportunidad a un chico, se la das también a su familia y a su comunidad. Esto se ve porque es un programa a largo plazo que rinde frutos y se pueden ver los resultados con facilidad. Es un círculo de activación económica que se aprecia en la economía local”.

La ejecutiva también resaltó que “como somos una entidad bancaria, nos gusta hacer hincapié en enseñarles a los estudiantes a invertir el dinero que reciben. No están acostumbrados a tener tanta plata junta y, por eso, los guiamos en ese camino. Tenemos una actividad en particular, que consiste en pedirle al chico que arme una lista de todo aquello que le encantaría comprar con el dinero de la beca, luego otra lista con aquello que necesita comprar y una tercera lista con aquello que puede comprar. Es un ejercicio que le permite unificar aquello que quiere con aquello que puede y que necesita para lograr su objetivo. Es la manera de aprender y educarse financieramente. Si bien sólo pueden comprarse elementos que aporten a su educación, también hay casos en los que, por ejemplo, pidieron comprar un velador para poder estudiar de noche o ayudar en su casa a comprar comida porque justo su padre se quedó sin trabajo. Estos son pequeños ejemplos que hacen a la historia de este programa y de cómo nos fuimos amoldando en función a las necesidades de estos chicos. Somos muy exigentes con los tickets y las cuentas a rendir, pero también flexibles con estos detalles que hacen a la realidad de cada uno de los becados”.

Busquets también se refirió a la importancia de las ONG junto a las cuales trabajan: “Como entidad bancaria, no llegamos a abarcar todo aquello que necesitamos para lograr los mejores resultados. En Tucumán, por ejemplo, nos unimos con una empresa local y con Cáritas, lo que permitió duplicar la cantidad de becados en la provincia”.

Desde los comienzos, el compromiso de inversión del banco es del 1% del beneficio neto del año anterior y eso es lo que se viene manteniendo. No hubo recortes por la situación económica del país y esto, según la coordinadora del programa, es muy valorado por las comunidades que se vienen beneficiando con el mismo.

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