Bonos verdes en la Argentina
Los bancos, conscientes de la importancia de la sustentabilidad, lanzan alternativas de financiación para proyectos medioambientales y sociales en el país.  Los bonos verdes son títulos de crédito emitidos por instituciones públicas o privadas. La principal diferencia con respecto a otros valores negociables es que se destinan exclusivamente a financiar proyectos medioambientales, nuevos o existentes. […]
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18 Sep, 2020

Los bancos, conscientes de la importancia de la sustentabilidad, lanzan alternativas de financiación para proyectos medioambientales y sociales en el país. 

Los bonos verdes son títulos de crédito emitidos por instituciones públicas o privadas. La principal diferencia con respecto a otros valores negociables es que se destinan exclusivamente a financiar proyectos medioambientales, nuevos o existentes. También pueden tener como objetivo el beneficio social. Cuando conjugan ambas causas se denominan bonos sostenibles o sustentables

Propuestas en el mercado local

En la Argentina, varios bancos ya otorgan la posibilidad de recurrir a este tipo de bonos a compañías que necesitan apoyo económico para concretar proyectos con impronta social o ecológica.

La primera emisión de este tipo en el mercado local fue hecha por Galicia junto con la International Finance Corporation (IFC, por sus siglas en inglés), el brazo financiero del Banco Mundial.

“Los fondos se destinan a proyectos de energías renovables y de eficiencia energética. El punto de partida fue la línea que se lanzó en 2016 y el monto a colocar fue de 30 millones de dólares. Una vez colocados, se suscribió una nueva línea por 100 millones de dólares que sigue vigente, de los cuales se colocaron 58 millones de dólares en 18 proyectos sustentables”, detalló María Laura Schiavone, especialista de Análisis Ambiental y Social en Créditos de Banco Galicia.

Otro de los bancos con esta propuesta fue BBVA, que en mayo de este año otorgó un préstamo sostenible por 52 millones de dólares a la empresa de medicina Medicus para la compra de equipamiento para enfrentar la pandemia. Fue por un plazo de 12 meses, con un período de gracia de capital e interés durante los primeros tres, a una tasa anual del 24% y una bonificación en la comisión de desembolso. 

El mismo banco certificó en julio una línea de crédito verde de 290 millones de pesos a la Unión Transitoria de Empresas (UTE), liderada por el grupo We Build (ex Salini Impregilo), que se destinará a obras de saneamiento de la cuenca del río Matanza-Riachuelo. 

 “Se alinea con nuestra estrategia de cumplimiento de los ODS y la lucha contra el cambio climático, compromisos asumidos a nivel global como banca responsable”, señaló Carlos Elizalde, director de Corporate & Investment Banking del banco en la Argentina.

Un mercado incipiente

Aunque el sistema financiero ya dio los primeros pasos, son pocas las entidades que disponen de bonos verdes en el país. Para que exista una mayor oferta, falta maduración.

En marzo del año pasado, la Comisión Nacional de Valores (CNV) presentó los lineamientos para la emisión del panel de bonos verdes, sociales y sustentables (SVS) con el objetivo de atraer inversores y facilitar su desarrollo local. 

Asimismo, con la intención de fortalecer el mercado argentino, 18 bancos (con un market share del 80%) firmaron en julio de 2019 el Protocolo de Finanzas Sostenibles. El acuerdo busca fomentar la implementación de mejores prácticas y políticas en pos del desarrollo sostenible de la industria financiera. 

El grupo de bancos fundadores del protocolo está conformado por Banco Nación, Galicia, Ciudad, BICE, Supervielle, CMF, Santander, Bapro, BBVA, Macro, HSBC, Patagonia, Itaú, Comafi, BIND, Mariva, Banco de Tierra del Fuego y BST. También fue promovido por BID Invest y Fundación Vida Silvestre, que acordó con la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) una mutua colaboración.

En comparación con la región, Pablo Cortínez, director del programa ejecutivo Bonos Verdes y Finanzas Sostenibles de la UCEMA, sostiene que Brasil es el país de América Latina con más recorrido, lleva 20 años de experiencia y tiene más del 40% de los bonos verdes emitidos en la región. Detrás de él, Chile y Perú también obtuvieron avances en el último tiempo.

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