En un mundo globalizado, diversificar inversiones en el exterior es una estrategia para proteger y acrecentar el patrimonio, y los ahorristas argentinos saben que la alta renta del mercado local e internacional del año pasado tiene un contexto distinto en 2025, por lo que cualquier portfolio personal tiene que ser más preciso y cauteloso.
En base a los nuevos parámetros, la mayoría de los analistas de inversión trazan diferentes estrategias para que sus clientes, tanto los que buscan opciones más estables como los que apuestan a las de mayor potencial, puedan incrementar su capital desde una perspectiva conservadora o audaz.
“Para el inversor latinoamericano, especialmente el argentino, esta decisión implica desafíos y oportunidades que requieren un análisis meticuloso desde las finanzas personales y la protección patrimonial”, sostiene Juan Cruz Acosta Güemes, director de FDI, gerenciadora de patrimonios.
Análisis previo antes de poner un dólar
«La falta de educación lleva a que muchos crean en promesas irreales, como obtener un 20% mensual en dólares”, agrega el experto de la gerenciadora de patrimonios, en relación al creciente riesgo de caer en el juego online, las estafas piramidales y propuestas de inversión sin sustento real.
Sobre la base de información confiable y un asesoramiento personalizado, hay algunas claves simples y puntuales para que el ahorrista argentino pueda iniciarse en el desafío de invertir en el exterior con un enfoque selectivo, minimizando riesgos y maximizando rendimientos.
“El perfil de riesgo es clave, porque la inversión en mercados extranjeros conlleva volatilidad y variables macroeconómicas ajenas a nuestra realidad cotidiana”, aclara Acosta Güemes.
Otro punto fundamental para los que quieren invertir en el exterior es evaluar estructuras legales que brinden seguridad jurídica y eficiencia fiscal, desde la óptica de la protección patrimonial. “Es un grave error no analizar esto antes de hacer la inversión: fideicomisos, trusts y sociedades suelen tener ventajas en la protección de activos y la optimización tributaria”, sugiere el directivo de FDI.
“Cuando llegué a Estados Unidos, lo primero que hice fue dedicar tiempo a conocer las regulaciones y normativas antes de decidir en qué iba a invertir. Es fundamental leer la letra chica y no dar nada por sabido”, aconseja Marcos Victorica, un economista y emprendedor argentino, CEO de BAS Storage, que a los 64 años emigró para instalar allí un negocio inédito.
Ajustado el perfil de riesgo y los objetivos buscados, se puede armar un portfolio a medida con acceso a instrumentos sólidos. “No se trata sólo de cambiar pesos por dólares, sino de acceder a mercados con mayor previsibilidad y estabilidad. Fondos indexados, ETF, bonos soberanos de economías desarrolladas y bienes raíces en mercados consolidados son opciones a considerar para una diversificación efectiva”, aconseja Acosta Güemes.
Abrir cuentas de inversión en el extranjero es cada vez más fácil gracias a las plataformas digitales, pero es necesario evaluar costos de transacción, impuestos y comisiones que pueden afectar la rentabilidad. “Invertir fuera del país no es sólo una estrategia financiera, sino una decisión patrimonial de largo plazo”, concluye el especialista.
En la misma línea, Victorica sugiere: “Invertir en el exterior es una excelente alternativa para proteger y hacer crecer el capital, pero requiere planificación y conocimiento. Evitar los errores comunes de los iniciados puede marcar la diferencia entre una inversión exitosa y una pérdida considerable”.