Desafíos de invertir a corto plazo y oportunidades de largo alcance
A la hora de invertir hay que analizar los dos escenarios que ofrece Argentina hoy. Los múltiples desequilibrios requieren medidas de extrema pericia para evitar que se produzcan crisis más graves.
Gráficos de inversiones

27 Sep, 2022
Por Pablo Repetto, Jefe de Research y Estrategia de Aurum Valores.

La economía y las decisiones financieras en este tiempo en la Argentina requieren que usemos dos tipos de lentes para poder apreciar mejor lo que pasa y lo que viene. Necesitamos lentes para ver de cerca y para ver de lejos.

Es tal el desajuste en el corto plazo que nos atemoriza. Pero las oportunidades que brinda el potencial de Argentina en el mediano y largo plazo nos entusiasma.

Primero usemos los lentes para ver de cerca: miremos el corto plazo.

Los desafíos y desajustes son de magnitud significativa. En el plano monetario, fiscal y cambiario, el desequilibrio existente requiere una serie de medidas extremadamente precisas ejecutadas con pericia para evitar nuevos episodios de crisis. Y aún así no se puede descartar que esos episodios ocurran.

La emisión fiscal, ya no solo para financiar el déficit, sino para rescatar la deuda privada en pesos de junio/julio, más la emisión de pesos que provocará la oferta que hace el BCRA para que se liquide soja en un contexto de baja de la demanda de dinero es un riesgo de mayor estrés que se asume en pos de lo que se estima como objetivos superiores: a) cuidar y mantener abierto el mercado de pesos, y b) recuperar reservas.

Luego se deberá lidiar con las consecuencias de esas decisiones. Para ello, la suba de la tasa de interés representa uno de los mecanismos que dispuso el BCRA y el Tesoro

La decisión de subir la tasa de interés repercutirá luego en actividad y en la sustentabilidad percibida de la nueva emisión de deuda en pesos. Tanto del BCRA (Leliqs) como también, y más preocupante, la deuda del Tesoro.

Una estimación de emisión de deuda en pesos del Tesoro que permita “rollear” el 100% de los vencimientos durante los próximos meses a una tasa similar a la que consigue colocar deuda hoy (y a un plazo máximo promedio a seis meses vista) nos lleva a proyectar que hacia diciembre de este año el nivel de deuda en pesos sobre PIB a vencer en los siguientes seis meses (enero/junio de 2023) alcanzará un porcentaje del PIB similar al que hubo antes de la crisis de la deuda en pesos de comienzos de junio. Y en marzo de 2023 ese porcentaje será bastante mayor.

Como lleguen armados el Tesoro y el BCRA a ese momento (tanto en términos de divisas como en términos de credibilidad), si consideramos que hacia adelante arrancará la temporada preelectoral (que suele ser motivo de dolarización de portafolios de inversores), definirá si se produce un nuevo episodio estresante y, en caso de que ocurra, qué magnitudes tendrá.

Hombre mirando gráfico de estadísticas

 

En este contexto nuestra recomendación es ir con mucha cautela.

Ahora alzamos la vista y nos acomodamos los lentes para ver de lejos, el mediano y largo plazo.

En este plano Argentina tiene una ventana de oportunidad enorme que puede proporcionar un cambio estructural muy importante (si se hacen las cosas bien, porque hemos perdido ventanas de oportunidad en numerosas ocasiones).

Los cambios geopolíticos que se están dando, donde Europa busca, o necesita, “desenchufarse” de la provisión energética de Rusia, el potencial exportador de esos productos desde Vaca Muerta, sumado a la necesidad global de alimentos, afectados también por la invasión de Rusia a Ucrania, deberían convertir a Argentina en un jugador de peso en estos mercados en el mediano plazo.

La falta de infraestructura para la comercialización externa de lo que podría ser el producto estrella de las exportaciones argentinas en los próximos años (gas licuado de petróleo, o GLP) demorará este proceso, pero el flujo de inversiones debería crecer de manera significativa si se proporcionara un marco adecuado para desarrollar el potencial energético local.

También otros proyectos, como la producción de hidrógeno verde en Río Negro y el litio en Jujuy suman a las buenas perspectivas de mediano plazo.

En general, los análisis ven que la demanda por energía y alimentos se mantendrá firme con precios que seguirán siendo altos más allá de que, en algunos momentos, los efectos recesivos puedan afectarlos.

En un documento reciente de la organización FUNDAR se profundiza la necesidad de un marco regulatorio adecuado para aprovechar el marco geopolítico y la capacidad exportadora argentina de GLP. Ellos estiman que, a precios como los de 2021 y con un 50% de desarrollo del potencial gasífero de Vaca Muerta durante tres décadas, el volumen de divisas anuales que se lograrían equivale a 27.000 millones de dólares, es decir, 1,1 veces lo que se exportó de soja en 2021.

El potencial estabilizador de esta oportunidad para Argentina luce muy promisorio si se hacen las cosas bien.

En este sentido, cuando usamos los lentes para ver de lejos, el mediano y largo plazo proporciona muy buenas oportunidades en sectores relacionados con la energía y los alimentos. Además de que, en la medida en que el desarrollo de ese potencial prospere, el mercado de deuda para Argentina debería comenzar a ser menos hostil.

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