Dólares escasos y un nuevo equipo contrarreloj
Un gobierno con escaso capital político ve complicado el panorama con volatilidad en los mercados, riesgos de estanflación global y fuertes subas de las tasas de interés en los Estados Unidos.
dólares y gráfico de fondo

19 Jul, 2022
Por Ricardo Delgado (economista y presidente de Analytica Consultora)

Hasta diciembre, el Gobierno enfrenta la fase de política económica más crítica de su gestión. El cambio de equipo en un semestre que define el perfil de 2023, el año de la elección presidencial, pone en evidencia la lectura oficial acerca de la inviabilidad de navegar en las condiciones previas un año y medio más. Escasez de dólares, una inflación que no cede, expectativas devaluatorias, un escenario financiero internacional más adverso y el corsé del FMI parece demasiado para tan escaso capital político. La duda, de todos modos, seguirá en el aire: ¿qué espacio le dará CFK a Silvina Batakis?

El turbulento desarme de las posiciones en pesos, que se inició a comienzos de junio y continuó en la primera semana de la nueva conducción económica, preanuncia que la volatilidad en los mercados seguirá siendo la regla. Cada renovación de deuda será un test exigente para el Tesoro. El Banco Central tendrá que administrar un volumen creciente de pasivos remunerados (Leliq), realimentando la incertidumbre. Los riesgos de estanflación global y las fuertes subas de tasas de interés en los Estados Unidos complican, aún más, el panorama.

De acuerdo a los números fiscales acordados con el FMI, en el segundo semestre el gasto tendría que reducirse unos ocho puntos reales.

El programa financiero muestra una dinámica endeble, en tanto el Gobierno no logre convencer que podrá ajustar el crecimiento del gasto primario, que hasta mayo fue de + 13% en términos reales. De acuerdo a los números fiscales acordados con el Fondo, en el segundo semestre el gasto tendría que reducirse unos ocho puntos reales.

A su vez, el perfil de la deuda en pesos es muy desafiante. Hasta el segundo trimestre de 2023 los vencimientos promedian 1,8% del PIB. Cualquier dificultad supone un nuevo incremento de los pasivos remunerados del BCRA, que se acercan peligrosamente al 10% del PIB.

Dólares y logo del FMI

Por tal razón, que aumenten los activos en dólares en el balance del BCRA es clave para estabilizar su estado de resultados, con un déficit actual de 450.000 millones de pesos. Pero acumular reservas tendrá enormes dificultades en este semestre.

La admisión de la escasez de dólares que supone esta etapa de importaciones restringidas agrega presión a las expectativas devaluatorias y a los precios.

Por ello, y para evitar un salto devaluatorio, el anterior equipo económico decidió apretar el cinturón ante el inviable drenaje de pagos por importaciones. De ahora en más, para aumentar las compras externas se requiere financiamiento. En lo que va del año, salió del Central un 35% más de dólares que en 2021.

Más compras de energía a precios de guerra (y falta gasoil), fuertes aumentos en los costos logísticos y, sobre todo, el incentivo de las empresas a dolarizarse en forma indirecta mediante importaciones de piezas, insumos, o bienes de capital) fueron los detonantes del nuevo régimen importador. En los últimos meses, además, la inflación se aceleró y las alternativas de cobertura en pesos no aparecen, lo que realimentó los incentivos a importar.

La admisión de la escasez de dólares que supone esta etapa de importaciones restringidas agrega presión a las expectativas devaluatorias y a los precios. En particular, si desde la asunción de Batakis hay graves problemas de abastecimiento y las cadenas productivas empiezan a crujir.

¿Habrá financiamiento disponible con estos niveles de riesgo país? ¿A qué dólar proyectar el costo de reposición? ¿Cómo asegurarse un flujo adecuado de insumos? ¿Seguirá el desarme de carteras en pesos y el viaje hacia los dólares financieros? Demasiadas preguntas para un semestre con nuevo equipo pero viejos, muy viejos, problemas.

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