Intervencionismo y dudas sobre el futuro
El Estado interviene en la economía cada vez más, pero no se ven resultados positivos.   A pesar de que algunos veían a Alberto Fernández como una versión del peronismo más respetuosa del funcionamiento de los mercados, por el contrario, se ve que la intervención del Estado en la economía es creciente. Por ejemplo, una […]

18 Mar, 2020

El Estado interviene en la economía cada vez más, pero no se ven resultados positivos.

 

A pesar de que algunos veían a Alberto Fernández como una versión del peronismo más respetuosa del funcionamiento de los mercados, por el contrario, se ve que la intervención del Estado en la economía es creciente.

Por ejemplo, una de las principales novedades de

l mes de febrero fue el regreso de los topes a las tasas de interés, con la decisión del Banco Central de establecer un máximo del 55% para el costo del financiamiento de los saldos deudores de las tarjetas de crédito. 

Este tipo de instrumentos ya había sido usado durante los últimos 70 años, con resultados negativos para la economía y el sistema financiero, también el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner había apelado a él.

 

Si el Gobierno considera que las tasas de interés de las tarjetas de crédito se encuentran en niveles elevados como resultado de la existencia de prácticas oligopólicas en el mercado bancario, debería tomar medidas que incrementen la competencia pero no utilizar estos topes que ponen a los precios en niveles arbitrarios, que alteran señales esenciales para el normal desenvolvimiento de la economía.

 

Hay que tener presente que el sistema de precios produce una asignación eficiente de los recursos a lo largo de la economía. Indica cuáles son los sectores productivos más rentables para volcar el capital, el trabajo y la tierra. Si de algún modo se obstaculiza este sistema, la asignación de recursos va a perder eficiencia o no se va a realizar, llevará a una situación de bajo crecimiento o directamente al estancamiento de la economía.

 

Las medidas tomadas son las que se han observado durante los últimos ocho años desde que se comenzó a manipular los precios de la economía. Y coincide con, el inicio del segundo gobierno de Fernández de Kirchner a finales del 2011 y el, período de estancamiento que aún no se ha podido superar. 

La liberalización de los precios que se llevó adelante entre 2015 y 2019 venía dando buenos resultados en sectores como el energético y el exportador y, si el sistema político le hubiera dado continuidad a este marco más favorable para la inversión privada, sin dudas estos buenos resultados se habrían extendido a otros sectores. Pero, por el contrario, la reintroducción de estos obstáculos para la actividad económica siembra serias dudas para el futuro.

 

Resulta notable que todavía se continúe insistiendo con políticas económicas que no han resultado exitosas en ningún lugar del mundo y contra las cuales hace décadas vienen advirtiendo prestigiosos economistas. 

Evidencia del estancamiento conceptual en el cual se encuentra nuestra sociedad en materia económica es la vigencia que tiene hoy este pasaje de un trabajo del economista Raúl Prebisch sobre el estado de la economía argentina en 1956: “La intervención excesiva y desordenada del Estado ha perturbado gravemente el sistema económico y ha generado beneficios extraordinarios para los buscadores de rentas pero no para los empresarios creativos o productores eficientes”. Si no logramos incorporar estos conceptos el futuro no será alentador.

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