El 2022 fue un año crítico para los mercados financieros globales. La inflación desatada tras las ayudas sociales dispuestas por los gobiernos en la pandemia derivó en un aumento de la tasa de interés que condicionó el rendimiento de casi todas las operaciones financieras.
En ese escenario, la emisión mundial de bonos verdes fue de 459.000 millones de dólares, un aumento del 2% en el año, el porcentaje de crecimiento más bajo desde el 2015, según los datos reportados por Climate Bonds Initiative, una organización sin fines de lucro que promueve el financiamiento verde en el mundo.
Un informe de Moody’s detalla que en Argentina desde 2019 el monto de emisiones sostenibles llega a 987 millones de dólares. La mayor parte de estas colocaciones se hizo mediante obligaciones negociables (ON).
En 2019 BYMA (Bolsas y Mercados de Argentina) lanzó su panel de bonos verdes sociales y sustentables, con el objetivo de darle mayor visibilidad a estos instrumentos de inversión. Para poder formar parte del panel se requiere, entre otros aspectos, una revisión externa que afirme que los fondos se utilizarán para financiar o refinanciar proyectos alineados con la Guía de bonos SVS y un reporte anual con información sobre el uso de los fondos y los beneficios sociales o ambientales obtenidos. Actualmente, el panel cuenta con más de 38 instrumentos compuesto por 5 bonos sustentables, 11 bonos sociales y 22 bonos verdes.
El sector energético explica el 62% de las colocaciones, seguido por el sector agropecuario con el 14%, la industria farmacéutica con el 9%, las instituciones financieras con el 8% y bienes raíces con el 5%.
Los bonos verdes nacieron a partir de la figura del inversor socialmente responsable. Esta figura hace referencia a quien incorpora aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por su siglas en inglés) a sus estrategias de inversión.
Hay tres tipos de bonos que entran dentro de la categoría sustentable. Los bonos verdes financian proyectos con beneficios ambientales. Los bonos sociales abordan un determinado problema social. Y los sustentables combinan el financiamiento de proyectos verdes y sociales.
Hay tres tipos de bonos que entran dentro de la categoría sustentable. Los bonos verdes son aquellos que se aplicarán exclusivamente a financiar proyectos con beneficios ambientales. Los bonos sociales se destinan a proyectos que tienen por objetivo abordar un determinado problema social. Mientras que los bonos sustentables son aquellos en los que se combina el financiamiento de proyectos verdes y sociales.
Baja penetración, alto interés
En 2019 las emisiones sostenibles representaron el 1% del total de las obligaciones negociables listadas en el mercado local. A septiembre de 2022 habían escalado al 11%. Aún así, para Moody’s “el grado de penetración es aún bajo”. La consultora marca que el segmento tiene potencial de crecimiento. “Hay un aumento de interés por parte de los emisores por los beneficios reputacionales que traen aparejados. La sostenibilidad se incorpora a la toma de decisiones de inversión”.
Lucas Caldi, corporate credit team leader de Portfolio Personal Inversiones (PPI), apuntó que “durante 2022, la emisión de bonos sociales, verdes y sustentables ha continuado ganando popularidad”.
El panel de este tipo de bonos en BYMA sumó 17 nuevos instrumentos de deuda el año pasado, el nivel más alto alcanzado hasta ahora para un año. Esto supuso una emisión de bonos en pesos por 5.900 millones y en dólares por 353,8 millones.
Aunque incipiente, el segmento va ganando peso. A tal punto que en la bolsa porteña ya existe un panel con una nueva sección de “Bonos Sociales, Verdes y Sustentables”. Está formada por cuatro paneles: bonos sociales, bonos verdes, bonos sustentables y bonos vinculados a la sostenibilidad.
La incorporación de estos instrumentos al panel de BYMA no sólo aumenta la visibilidad del título emitido, sino que también mejora la reputación del emisor. Una mayor demanda y visibilidad de sus instrumentos genera menores costos de financiamiento, algo que compensa los costos relacionados a las auditorías del proyecto.
Actualmente, datos de BYMA muestran que la participación de las pymes alcanzó a 35,9% del total de emisiones.
Empresas verdes
Entre las empresas que incursionaron en este tipo de financiamiento es Genneia. En su última colocación a finales del 2022 emitió en el mercado local ON por 51 millones de dólares. La compañía de generación de energía eléctrica, que había salido a buscar financiamiento por 40 millones de dólares, recibió ofertas por 148 millones de dólares. Lo recaudado será destinado a financiar la construcción de los nuevos proyectos eólicos La Elbita I y II en la provincia de Buenos Aires y el proyecto solar Tocota III en la provincia de San Juan.
En otra operación reciente, el BBVA amplió su línea de prefinanciación de exportaciones certificada como sostenible a la compañía de biotecnología Biosidus, en cinco operaciones por un total de 295 millones de pesos y 2,41 millones de dólares.
La colocación que BBVA hizo para Biosidus está calificada en la categoría social por contribuir al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 (Salud y Bienestar) y al ODS 10 (Reducción de desigualdades).
Los fondos se utilizarán para financiar la venta de productos biosimilares a Brasil, Colombia, Uruguay, República Dominicana, Marruecos, Argelia y Tailandia, para facilitar el acceso a la medicina a poblaciones desfavorecidas.
“Es un orgullo continuar ampliando la financiación sostenible a una compañía líder como Biosidus que tiene un fuerte compromiso con la salud y la ciencia. Gracias a este apoyo, más medicamentos pueden llegar a países de la región y del mundo, facilitando el acceso de estos a poblaciones de bajos recursos económicos”, señaló Verónica Incera, directora de Corporate & Investment Banking de BBVA en Argentina.
Mientras que, con el acompañamiento de Santander y la verificación de SMS Latinoamérica, la ciudad de Córdoba se convirtió en la primera metrópoli argentina en emitir un bono verde tras la colocación de 2.000 millones de pesos a 36 meses de plazo.
Los fondos serán destinados a la instalación de luminarias LED, a la incorporación de paneles solares con el fin de producir energía renovable y a obras de saneamiento para la protección del ambiente y la salud pública.
Ignacio Lorenzo, responsable de Global Debt Financing & Green Finance de Santander Argentina, comentó: “Esta emisión muestra la vocación de Santander de contribuir con el desarrollo sustentable de municipios, de reducir el impacto ambiental y acelerar la transición hacia una economía baja en carbono”.
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