Los objetivos de desarrollo sostenible 2030, a mitad de camino
Avanzar hacia el cumplimiento de los ODS implica ver la sostenibilidad como una oportunidad y no como una amenaza. Argentina está rezagada, aunque presenta grandes oportunidades para ponerse al día.

24 Jun, 2023

La fecha para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 está cada vez más próxima. Sin embargo, en líneas generales, la mayoría de los países que asumieron este compromiso en 2015 están todavía muy lejos de alcanzar sus objetivos.

Al igual que el resto de los países de América Latina y el Caribe, Argentina está rezagada en el cumplimiento de los ODS. Sin embargo, presenta grandes oportunidades para avanzar en áreas claves, como el sector agropecuario o industrial.

En el caso de América Latina y el Caribe, el avance en las metas fijadas para el cumplimiento de los ODS se vio entorpecido por la pandemia, que afectó a estos países particularmente. A eso se sumó el impacto del conflicto en Ucrania, las tensiones comerciales, las migraciones forzadas y el rebrote de procesos inflacionarios en toda la región.

Se estima que el 48% muestra una tendencia correcta pero insuficiente para alcanzar la meta.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afirma: “Sólo el 25% de las metas sobre las que se cuenta con información muestran un comportamiento que permite prever su cumplimiento en 2030. En cambio, se estima que el 48% de ellas muestra una tendencia correcta pero insuficiente para alcanzar la meta respectiva y el restante 27% exhibe una tendencia de retroceso”.

Cuál es la contribución del sector privado

En diálogo con NBS, Flavio Fuertes, coordinador del Pacto Mundial de Naciones Unidas en Argentina, explica que es cada vez más frecuente que las empresas del país hagan declaraciones y expresen su compromiso con los ODS, aunque todavía existe una brecha importante entre lo que declaran y lo que efectivamente hacen.

Fuertes identifica, al menos, tres factores que contribuyen a esta brecha. En primer lugar, la falta de competencias y conocimientos de las empresas para abordar el tema.

En segundo lugar, advierte que los incentivos al interior de las compañías no se han modificado para alinearse con las pautas de sostenibilidad. “Hay un problema de incentivos que compiten. Los procedimientos de compras en las empresas, por ejemplo, todavía se definen en función de los costos. Entonces, por un lado, hay un incentivo de corto plazo que tiene que ver con comprar barato y, por otro lado, un incentivo de largo plazo que implica utilizar el poder de compra para impulsar a los proveedores a adoptar prácticas más sostenibles”.

En tercer lugar, se está desarrollando un marco regulatorio cada vez más fuerte en torno a prácticas de sustentabilidad, sobre todo en el mercado europeo, que presiona sobre las empresas y estas, a su vez, están comenzando a trasladar esas exigencias a su cadena de suministro.

Sobre este último punto, Fuertes advierte que, en el corto plazo, esto podría afectar a las empresas argentinas que venden productos a la economía europea, y recomienda contemplar este escenario cuanto antes en su gestión de riesgos.

En qué ODS se enfocan las empresas

Según el Informe de progreso del sector privado argentino, entre el 2016 y el 2021 el programa Conectando empresas con los ODS tuvo un crecimiento sustancial, tanto en cantidad de iniciativas presentadas como en participación de empresas: comenzó en 2016 con la contribución de 27 empresas con 50 iniciativas y contabilizó 98 empresas y 537 iniciativas en 2021.

El informe destaca que los objetivos y metas priorizadas por el sector empresarial, que se mantiene constante desde 2018, se concentran en tres Objetivos: ODS 12 (producción y consumo responsables), ODS 4 (educación de calidad) y ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico).

Además, de las 169 metas contenidas dentro de la Agenda 2030, 128 cuentan con algún compromiso empresarial y, de ese total, el 73% corresponde a metas priorizadas por el gobierno nacional.

“Las empresas deben dejar de ver a la sostenibilidad como una amenaza y tomarla como una oportunidad de negocios, en tanto todos los sectores de la actividad económica van a verse sometidos a una presión muy fuerte, no sólo por lo que puedan exigir los gobiernos, sino porque los propios límites planetarios están marcando la necesidad de tomar una acción”, opina Fuertes.

Para el ejecutivo, las empresas argentinas deben impulsar esa transformación y, si bien algunas empresas ya están encarando este desafío, todavía falta abrazar la idea de la sostenibilidad como oportunidad.

“Por supuesto que en esa transformación habrá ganadores y perdedores, pero la pregunta es cómo hacemos la transición hacia esta nueva economía. Y la respuesta es hacerlo de un modo justo, creando empleos verdes y transformando las habilidades de los trabajadores para que no queden afuera de este cambio”, concluye Fuertes.

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